Durango

?Toreras? de asfalto

Algunas oficiales finjen atropellamientos para ganarse un descanso

La misión de María de Jesús es coadyuvar con los semáforos en la fluidez vehicular de las estrechas calles del Centro Histórico de la ciudad de Durango. Tarea nada fácil, aunque en ocasiones genera jugosos ?bonos extras?.

En la primera oportunidad, la agente de Vialidad que recurre a las prácticas de María podrá ser la protagonista de una escena histriónica a todas luces creíble que puede poner en riesgo su integridad.

Sin embargo, no son pocas las agentes de Vialidad Municipal que, al igual que ella, buscarán el momento propicio para practicar el toreo de asfalto y así tratar de ganarse unos pesos.

La estrategia: entre su trabajo en los cruceros, aventarse a propósito a los automóviles que circulan despacio en busca de un inocente que les ofrezca involuntariamente descanso, posible incapacidad de unos días y, claro, dinero extra al salario que perciben.

Su argumento: el bajo sueldo que perciben en la corporación municipal y la falta de garantías de seguridad social y legal que supuestamente padecen en la misma.

La información oficial al respecto indica que, por el contrario, los agentes de menor rango ganan dos mil 350 pesos quincenales, es decir cerca de cinco mil pesos al mes ?casi cuatro salarios mínimos al día-.

Adicionalmente tienen IMSS y médico propio en la corporación. También defensa legal y más beneficios.

El riesgo: su aventura, al fingir que es atropellada o aventada por un auto es a todas luces visible, y de verdad pudieran causarles daños los vehículos que circulan por la Zona Centro cuando ellas, las agentes de tránsito, sólo intentaban llevarse a su casa mínimo 500 pesos por golpe.

ACTUACIÓN MAGISTRAL

María de Jesús es sólo un ejemplo del papel estelar que juega la agente de Vialidad cuando percibe todos los elementos propicios para poder detener a un automovilista porque supuestamente la empujó o la aventó con el propio vehículo.

Aunque no le hayan dado ni un rozón, ella habrá de llorar y dirá que no puede caminar porque siente un dolor muy fuerte.

Entre los gritos del supuesto dolor pedirá que la vea un médico, de preferencia uno particular que ella conoce. Mientras eso ocurre, el conductor detenido y el vehículo asegurado.

Su institución de seguridad social, y no su médico particular de confianza, la examinará y le dictaminará que no hay golpe visible, que no hay hematoma y que la radiografía no muestra nada raro.

El galeno le recomendará regresar al trabajo o, en caso de dolor, suministrarse Paracetamol y Diclofenaco cada ocho horas, por aquello de que persista el malestar. Y hasta ahí. La institución social no se involucra en procesos de tipo legal como emitir un dictamen para un accidente.

Pero ella insistirá en que sus funciones fíisico-motrices se ven afectadas por el supuesto golpe y, conforme pasan las horas con el automovilista detenido, ella estará en condiciones de una mejor negociación antes de desistirse ?firmar para que pueda salir libre el conductor-.

PRESIÓN DEL TIEMPO

Las horas transcurren con la histriónica agente cada vez más segura de que el ofrecimiento del automovilista será mayor. Y es cuando se anima a ir de nuevo a los separos policiacos y de Vialidad.

Al llegar nuevamente hará teatro y dirá que los médicos aseguran que no tienen nada porque no sienten lo que ella sufre.

El caso ya pasó para entonces al Ministerio Público, lo que significa que la cantidad que recibirá debe ser mayor, por el riesgo de que sea encarcelado provisionalmente.

Frente al agente del Ministerio Público de la mesa 13 de accidentes, las agentes que han entrenado este tipo de teatros mostrarán disposición a medias para firmar, con tal de que el automovilista y supuesto agresor las recompense.

Lo lograrán porque el conductor no pretende seguir más horas bajo resguardo policiaco.

Así el automovilista saldrá libre y, para su mayor enojo, al terminar la escena se enterará de los comentarios del personal de la Agencia del MP y de la Clínica 44 del IMSS:

-?Mire, esa agente tiene muchos casos de ese tipo, y es que ya se la saben, porque no es la única. A cada rato recibimos este tipo de ?accidentes? donde las agentes van perfeccionando su actuación cada vez más?-.

-?Aquí en el Seguro Social a ella y a otras las recibimos a cada rato y todas hacen exactamente lo mismo. Se avientan a los coches cuando saben que nada les va a pasar, para poder sacarle dinero a los automovilistas?.

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