Para las autoridades, el nuevo indicio no es determinante en el móvil del asesinato.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Sí hubo abuso sexual. Así lo determinaron los resultados de pruebas periciales aplicadas en el cuerpo de Yolanda Moreno Ramírez, joven de 33 años que fue asesinada en su casa la madrugada del viernes nueve de diciembre.
En la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), se dio a conocer la información que influye en la línea de investigación para esclarecer el caso de homicidio, del cual los avances afloran de forma muy pausada.
Fue mediante la prueba pericial para detectar semen en el cuerpo de la víctima como se constató el abuso sexual, aunado a los moretones en la entrepierna de la víctima, resultado de su acción de defensa para evitar la agresión.
Para las autoridades el nuevo indicio no es determinante en el móvil del crimen, es decir, Yolanda no fue asesinada por motivo de la violación, ya que hay otros elementos en el lugar de los hechos que pueden arrojar otros motivos o conductas de los autores del delito.
En la agencia del Ministerio Público siguen las indagatorias, ahora que se estableció que además de los golpes en la cabeza y el estrangulamiento, sí hubo un ataque sexual que en el resultado de la necropsia todavía no era definido.
Hasta el momento, en la representación social se han tomado las declaraciones de familiares, vecinos y compañeros de trabajo de la finada, y se están agotando todas las pistas que surgen, con el fin de ubicar a los responsables.
También se ha fijado la hipótesis de que fueron dos las personas que participaron en el ataque de la joven que laboraba como trabajadora social en la Secretaría de Salud del Estado, con sede en la Jurisdicción Sanitaria número Siete, de Francisco I. Madero, Coahuila.
Días después del artero crimen, compañeros de trabajo de la profesionista se manifestaron contra los hechos y demandaron resultados efectivos a las autoridades de la PGJE, además de ofrecer todo el apoyo posible, como fueron sus declaraciones.
A la fecha no se ha podido encuadrar el posible móvil del robo pero la constante sigue en la línea del crimen pasional, debido a la saña al ser cometido y llamó la atención de diferentes sectores de la sociedad.
El hallazgo
La trabajadora social fue encontrada sin vida por sus compañeros de la Secretaría de Salud que acudieron a la casa marcada con el número 231, de la cerrada Santa Bárbara, del fraccionamiento del mismo nombre, que su ubica a unos metros del bulevar Torreón-Matamoros, atrás de una distribuidora de cerveza.
La madrugada del viernes nueve de diciembre se cometió el crimen y en la sala de la casa había sangre por todas partes que conducía a las escaleras y la planta alta, donde estaba la joven que fue estrangulada y brutalmente golpeada con un objeto similar a un martillo o un tubo de metal que le dañó la cabeza y le desfiguró el rostro.
Por cometarios de los vecinos se presume que la agresión fue a las 2:00 horas del viernes nueve de diciembre del presente año, y fue hasta las 9:30 horas, cuando los compañeros de la Secretaría de Salud descubrieron a su amiga sin vida y dieron aviso a las autoridades.