SUN-AEE
NUEVA YORK, EU.- El Gobierno de Estados Unidos autorizó a la CIA después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 a que entregase a sospechosos de terrorismo a otros países para ser interrogados, según publicó ayer el periódico The New York Times.
El diario explica que Bush firmó una directriz secreta que permite a la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), tener autoridad para operar sin necesidad de permiso de la Casa Blanca en cada caso, en lo que respecta a la entrega de estos sospechosos.
El procedimiento ha sido un pilar de la lucha antiterrorista del Gobierno, pero ha recibido numerosas críticas de las organizaciones de defensa de los derechos humanos, que denuncian que esta práctica viola el compromiso de EU de impedir la tortura.
El Gobierno no ha confirmado la existencia de esta directriz, aunque el director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Dan Bartlett, defendió la política antiterrorista de Washington, en una entrevista.
Tras el 11-S, indicó, ?debemos garantizar que podemos hacer frente a terroristas conocidos, que puedan tener información sobre posibles atentados?.
Es fundamental que ?podamos detenerlos y hacernos con esa información?, agregó el asesor, quien aseguró que su Gobierno ?no acepta la tortura?.
?En cada paso, el presidente George W. Bush y su administración han dejado muy claro que respetamos las leyes y las obligaciones que tenemos... No torturamos aquí en EU, y no exportamos tortura. A este presidente le es inaceptable y es algo que no toleraremos?, dijo.
El periódico cita a un alto funcionario estadounidense, según el cual el programa sólo se ha empleado contra los sospechosos de saber algo sobre posibles operaciones terroristas.
La CIA, enfatiza el alto funcionario, ha sido muy minuciosa para garantizar que los presuntos terroristas entregados a terceros países quedaban detenidos en condiciones humanitarias y no se les sometía a torturas.
?Conseguimos garantías, las comprobamos, y volvemos a comprobarlas para garantizar que esas personas reciben un trato adecuado en lo que respecta a los derechos humanos?, explicó el alto funcionario.
Aunque estas entregas ya existían antes del 11-S, desde entonces el procedimiento se ha aplicado con mayor frecuencia y se han trasladado entre 100 y 150 sospechosos a países como Egipto, Siria, Arabia Saudita, Jordania o Pakistán, agrega el diario.
En las últimas semanas, varios antiguos detenidos han denunciado que durante su encarcelamiento en algunos de esos países se les sometió a técnicas de interrogatorio coercitivas y a malos tratos.
El alto funcionario admitió que en algunos casos se produjo maltrato a los presos, pero subrayó que ninguno de ellos murió.
Contrainteligencia preventiva
Estados Unidos aplica una estrategia de contrainteligencia que establece ?atacar? a servicios extranjeros de espionaje y a las secciones de espías de grupos terroristas antes que éstas lo hagan, informó una fuente oficial.
La directora nacional de contrainteligencia, Michelle Van Cleave, dijo en una conferencia en College Station, Texas, que la política de esperar el surgimiento de amenazas de inteligencia ?cede la iniciativa al adversario?.
Van Cleave afirmó que ?ya no habrá que esperar para tomar acción, para enfrentar la amenaza, la contrainteligencia estadounidense necesita ir a la ofensiva, lo cual requerirá cambios mayores pero alcanzables en la manera que cumplimos nuestras funciones?, añadió.
La nueva misión de la contrainteligencia es identificar a espías extranjeros y amenazas terroristas, y desarrollar una ?doctrina de contrainteligencia de atacar sistemáticamente servicios extranjeros de inteligencia mediante operaciones de contrainteligencia?, apuntó.
La funcionaria agregó que la nueva ofensiva de contrainteligencia es parte de la política del Gobierno estadounidense de estrategias preventivas contra amenazas y para promover la democracia y libertad y debilitar la tiranía global.
A diferencia de los esfuerzos pasados limitados a la detención de espías, las nuevas actividades de contrainteligencia se enfocarán en servicios de inteligencia de Estados que apoyan el terrorismo, como Irán y Siria, informó Van.
