Hay asuntos que gracias a su propia inercia, o bien, por los desatinos de aquellos responsables de darles una solución viable y expedita, terminan por convertirse en gigantescas bolas de nieve; se salen de control, de proporción y radicalizan posturas en grado tal, que se antojan entuertos imposibles de resolver por una vía civilizada.
El caso de la pretendida reestructuración integral del transporte público en Torreón, es uno de ésos. Al lamentable espectáculo escenificado el lunes en Sala de Cabildo, hay que agregar hoy el abierto desafío de los concesionarios: “no se modificarán las rutas”, sostienen y con ello arriesgan cualquier posibilidad de que el diálogo, los argumentos, sean los valores en uso para dirimir la controversia. Nada bueno puede salir de un tan contaminado, enrarecido y hasta ríspido ambiente de negociación.
Los transportistas de 16 rutas y sus respectivos ramales, aseguran que en el fondo, Trans-Siglo no es más que un negocio para ciertos funcionarios, que nunca fueron tomados en cuenta, que faltó información y que existen privilegios y favores para ciertos concesionarios. Ayer fueron más allá: firmaron un convenio ante notario público donde se comprometen a “protegerse mutuamente porque son mayoría” y a que no se moverán de sus recorridos tradicionales.
Ante este panorama, los empresarios aglutinados en el Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada (CLIP), manifestaron su total respaldo al proyecto de las autoridades municipales y las urgieron a la aplicación puntual de la Ley en cada una de las manifestaciones y agresiones que realicen los hoy inconformes. Entre líneas, piden que la autoridad demuestre que lo es, así de sencillo.
Guillermo Anaya sostiene que no se dará un solo paso atrás al proyecto Trans-Siglo. Queda ver hasta dónde llega la entereza de los funcionarios que enfrentan uno de los más graves conflictos de la actual administración y hasta qué punto están dispuestos los transportistas a llegar en esta suerte de guerra. Por lo pronto se pueden anticipar jornadas difíciles, para desgracia de Torreón.
