Durango capital es una de las pocas ciudades en el país en la que las personas de la tercera edad no gozan de un 50 por ciento de descuento en los camiones de ruta, denuncia Flor María Díaz González, delegada estatal del Inapam, quien añade que es el sindicato de la CTM el que muestra mayor renuencia en apoyar a los ancianos con una tarifa menor.
La titular del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) afirma que insistirán en la petición de que los autobuses públicos ofrezcan un descuento especial a los ancianos que utilizan su servicio, pues carecen de los recursos económicos para acceder a otro medio de transporte.
?Estamos haciendo la solicitud y si es necesaria la presión con los sindicatos de los choferes para que nos apoyen con descuentos a nuestros adultos con tarjeta del Inapam en los camiones urbanos. No pedimos otra cosa?, establece para luego comentar que han pedido el respaldo de los integrantes de la Comisión de Transporte en el Congreso local y están en la espera de una respuesta.
Desde que inició el análisis para el aumento de las tarifas del transporte público en el presente año, el Inapam solicitó la rebaja en favor de los ancianos, pero todavía no se resuelve la situación. ?Ya lo vimos también con el Gobernador en su carácter de presidente del Consejo Consultivo del Transporte porque se están poniendo un poco reacios, quieren manejarlo con padrón y no se puede. El anciano que se sube a un autobús es porque no tiene dinero para otro transporte ni coche particular?, subraya.
Díaz González explica que los sindicatos Alianza y Benito Juárez han expresado mayor disposición para apoyar su petición, pero Javier Covarrubias Vázquez de la CTM ha mostrado resistencia. Argumenta que en el caso de los estudiantes les brindan un descuento del 50 por ciento y esperan que a los ancianos les ofrezcan la misma oportunidad, aunque debido a la oposición que existe para adoptar esta medida, se sujetarán al porcentaje que estén dispuestos a facilitar.
?Hay estados como Zacatecas, Guanajuato, Jalisco, etcétera, que les dan ese descuento. Aquí tenemos una tarifa de cuatro pesos en el transporte público. Durango es caro en ese sentido, ya estuvimos checando en varias partes y Durango es de los pocos estados que no otorgan ese beneficio?, remarca.
Añade que de forma paralela a conseguirles este beneficio a los adultos mayores tienen varios proyectos que pondrán en marcha y buscan la participación de otras dependencias gubernamentales. Darán especial énfasis a la promoción de viajes turísticos a los diferentes municipios del estado para los ancianos.
?Estamos en pláticas con la Dirección de Turismo estatal porque ahora nos interesa que los adultos mayores conozcan su estado y luego ya será a otras partes del país?, expresa.
Con el Instituto Estatal del Deporte planean incorporar a los adultos mayores como entrenadores de educación física, sobre todo para desempeñarse en las zonas rurales.
Han estrechado lazos con el Centro Empresarial de Durango (Coparmex) con el objetivo de abrir más fuentes de trabajo para los ancianos y remarca que existen varios centros comerciales que permiten su incorporación al mundo laboral.
Revela que trabajarán en conjunto con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para sensibilizar a los empresarios acerca de la contratación de personas de la tercera edad, cuya experiencia es desaprovechada.
Anuncia que el día 7 de mayo a partir de las 10:00 horas, en la Plaza de Armas, se montará una exposición de las manualidades y artesanías que elaboran las personas que asisten a los clubes de la tercera edad con el propósito de apoyar la economía de los realizadores y motivarlos con una actividad productiva. ?Queremos que ellos se sientan útiles?, expresa.
Vicente Salazar y José Hernández Carrillo tienen en común que ambos nacieron en zonas rurales del estado pero que, por azares del destino, decidieron emigrar a Durango capital. La vida no ha sido sencilla debido a la falta de empleos, pero ahora el dinero rinde menos, pues ya rebasan los 65 años y no es fácil encontrar trabajo.
Los dos hacen uso del transporte público y coinciden en manifestar que a ellos la tarifa les parece cara. Con sus rostros llenos de arrugas y el cabello cano cuentan que, además, tienen que soportar los malos tratos por parte de los choferes de las unidades, quienes en ocasiones presentan una actitud déspota.
Subrayan que no les dan tiempo para subir al camión y sentarse, así que cuando apenas pisaron el último escalón deben sujetarse con fuerza si no quieren caer, pues el arranque suele ser violento.
Sin embargo, no pueden acceder a otro medio de transporte, sus recursos económicos no se los permiten, así que prefieren aguantar esta situación. Y al preguntarles si estarían de acuerdo en que les dieran un descuento especial con su tarjeta del Inapam reciben con beneplácito la posibilidad, pues sin duda podrían ahorrarse unos cuantos pesos, muy valiosos para el sostén de su familia.