Heinrich Pfeiffer ofrecerá un curso del 22 al 26 de agosto en Torreón.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La espiritualidad se mezcla en un ambiente solemne, enmarcado por el genio de los grandes maestros de la historia del arte, en la Capilla Sixtina.
Punto central del Vaticano, en la Plaza de San Pedro, la capilla ha sido testigo de los cónclaves para elegir a los papas que han liderado la iglesia católica a través de los tiempos. Pero su fama va mucho más allá, en los frescos que ornamentan sus paredes y muros, lo mismo que en las esculturas y demás objetos artísticos que alberga.
Para descubrir cada uno de los detalles elaborados por el pincel de Miguel Ángel, Rafael, Boticcelli y otros grandes artistas, el doctor Heinrich Pfeiffer dirigirá el curso Las Pinturas en la Capilla Sixtina.
Preparado por el Centro Cultural Arocena Laguna (antes de la apertura del Museo Arocena) con el apoyo de Arte Milenio A. C., el curso tendrá lugar en las instalaciones del IPADE del 22 al 26 de agosto.
Sacerdote jesuita, Pfeiffer es un eminente catedrático de arte en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, y ha dedicado gran parte de su vida al estudio del arte.
Se ha distinguido por sus investigaciones sobre Rafael, la imagen de la Verónica y otros estudios iconográficos. Actualmente, es director de arte sacro en la misma universidad.
Los frescos que se estudiarán durante el curso introducen al mundo de los contenidos del libro de la Revelación o Apocalipsis, de la Sagrada Biblia.
?Las verdades de la fe nos hablan desde cada lugar. De ellas, el genio humano ha sacado la inspiración empeñándose en revestirlas de formas de una belleza inigualable?. Con estas palabras, pronunciadas en la homilía de la misa celebrada el ocho de abril de 1994, con motivo de la conclusión de los trabajos de restauración de El Juicio Final, Su Santidad Juan Pablo II recalcó el carácter sagrado de la Capilla Sixtina a través del cual las pinturas, tal como las imágenes de un libro, sirven para hacer más comprensibles las Sagradas Escrituras.
La oportunidad de acceder al conocimiento y experiencia del doctor Pfeiffer en el tema estará abierta a todo el público. Los interesados pueden comunicarse a los teléfonos 712-02-33 y 711-25-75.
El Juicio Final
Buena parte de la fama e importancia de la Capilla Sixtina es El Juicio Final, de Miguel Ángel.
La escena está dominada por Cristo, que se encuentra en actitud de juzgar con su brazo levantado. Todos los personajes de la obra parecen estar envueltos por un ambiente apocalíptico, que es penetrado por el dramatismo de la muerte y la vida.
La bóveda, realizada entre 1508 y 1512, presenta una distribución arquitectónica en la que son adaptados los diferentes personajes de la composición. En la parte central de la bóveda se encuentran nueve escenas sobre diferentes acontecimientos históricos relatados en la Biblia. Si hacemos una exposición cronológica de los hechos, en primer término vemos a Dios Separando la Luz de las Tinieblas, La Creación del Sol y los Astros, La Separación de Tierras y Aguas, La Creación de Adán, La Creación de Eva, El Pecado Original y La Expulsión del Paraíso Terrenal, Sacrificio de Noé, El Diluvio Universal y La Ebriedad de Noé. Todas estas escenas se encuentran rodeadas por diferentes figuras desnudas, profetas y sibilas.
El recorrido
El nombre de la Capilla Sixtina se debe al papa que llevó a cabo su proyecto: Sixto IV. El conjunto fue creado por Giovannino de? Dolci y aunque en un principio estuvo dedicado a la celebración de ceremonias solemnes y cónclaves, su fama viene de los frescos que posee. La mayoría de las pinturas son de Miguel Ángel, pero también hay obras de otros grandes artistas en los laterales de la nave.
-Si partimos del altar y nos dirigimos por el lado izquierdo, nos encontramos en primer término con El Bautizo de Jesús, realizado por Pinturicchio y ?El Perugino?; Las Tentaciones de Jesucristo, de Botticelli. Posteriormente, con Las Vocaciones de los Apóstoles, obra de Ghirlandaio; El Discurso de la Montaña, de Rosselli; La Entrega de las Llaves de San Pedro, de ?El Perugino?; y en el sexto y último recuadro, La Última Cena, realizada por Rosselli.
-En la pared contraria, en dirección al altar, podemos apreciar La Muerte de Moisés, obra de Signorelli; El Castigo de Cores, de Botticelli; Episodios de la Vida de Moisés y El Paso del Mar Rojo, hechos por Rosselli; Moisés y las Hijas de Jetro, que es obra de Botticelli; y en último lugar El Viaje de Moisés a Egipto, de Pinturicchio y ?El Perugino?.
-En la parte frontal de la capilla, en la pared del altar, se encuentra la representación de El Juicio Final, obra que Miguel Ángel realizó una vez terminada la decoración de la bóveda entre 1536 y 1545.
-A continuación, nos encontramos con cuatro estancias que conforman propiamente el conjunto, algunas decoradas por Rafael: La Estancia del Incendio del Borgo; La Signatura, compuesta por La Escuela de Atenas, La Disputa del Santísimo Sacramento y El Parnaso; La de Heliodoro, que incluye los frescos León I Deteniendo a Atila, Expulsión de Heliodoro del Templo, El Milagro de Bolsena y La Liberación de San Pedro de la Cárcel; y La de Constantino.
-Cuando proseguimos en nuestra visita al conjunto, encontramos Las Logias de Rafael, unas galerías con arcos realizadas por Bramante y Rafael. La decoración de los arcos está basada en elementos del Antiguo Testamento y fue realizada por discípulos de Rafael.
-Pasadas estas galerías podemos adentrarnos en la Capilla de Nicolás V, decorada por Fray Angélico con escenas de la vida de San Esteban y San Lorenzo.
-Si volvemos a las estancias de Rafael podemos acceder a la Galería de los Mapas, donde hay diferentes mapas de Italia y otros países, obra de Banti.
-Le sigue la sala de los tapices, galería donde son expuestos tapices cuyo diseño fue realizado por Leonardo y Rafael. La siguiente sala es la de Los Candelabros, porque posee candelabros de diferentes épocas como la romana y la griega, así como diferentes obras de escultura.
-Un poco más adelante está la sala de La Biga, donde está un grandioso carro del siglo I a.C. Por último, podemos visitar el Museo Gregoriano Egipcio y el Etrusco, que poseen grandes piezas de las épocas a las que hacen alusión, y los jardines, que aun siendo pequeños son muy bellos por su configuración arquitectónica al modo italiano del Cinquecento.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón