Washington, (EFE).- El trasplante de hígado de personas vivas tiene mejores resultados que los que se realizan de donantes muertos, se informó en un estudio divulgado por la revista "Archives of Surgery".
Según la investigación, los niños que reciben una sección del órgano de un donante idóneo vivo tienen mejores posibilidades de supervivencia que cuando lo reciben de una persona fallecida.
El hígado es uno de los pocos órganos que puede regenerarse, lo cual permite el trasplante de solo una parte del órgano, especialmente en niños.
Mary Austin, del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville (Tennessee) y autora del estudio, dijo que aunque plantea riesgos al donante, tal como se le practica actualmente el trasplante "en vivo" constituye una técnica que ayuda a superar la escasez crítica de órganos.
El estudio indicó que, según datos de los últimos 17 años de este tipo de procedimiento en EU, el éxito con donantes vivos fue de un 73 por ciento, en comparación con un 63 por ciento en los casos en que el órgano provino de un donante muerto.
La investigación incluyó 8,771 trasplantes hepáticos pediátricos realizados en EU entre 1987 y 2004.
De esa cifra, un 81 por ciento fueron trasplantes de hígados completos provenientes de donantes fallecidos, 8 por ciento de hígados parciales de donantes fallecidos, y 11 por ciento, también parciales, pero de donantes vivos.
En general, esos injertos no dieron resultados en un 35 por ciento de los casos, y los pacientes tuvieron que ser sometidos a una segunda intervención quirúrgica.
Por otra parte, un total de 1,329 pacientes murieron transcurrido un tiempo de la operación, señaló el estudio.