Anarquía en la venta de alimentos callejeros; autoridades solapan irregularidades
La industria restaurantera local decreció sus ventas un 15 por ciento en lo que va del presente año en comparación con el primer trimestre del 2004, informó la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados, Delegación Durango (Canirac).
Sin embargo, mientras le va mal a los negocios establecidos, los restaurantes informales que operan en el ambulantaje crecen, se convierten en tipo franquicias y logran ganancias incalculables libres de impuestos y del control de las autoridades, criticó el dirigente de la Canirac en el estado, Roberto Álvarez Smith.
El empresario condenó que durante la pasada administración municipal se hayan incumplido compromisos de regularizar al comercio ambulante de comestibles, sobre todo a aquéllos que se habían apoderado de calles, camellones y banquetas para hacer crecer sus negocios como si fueran industria establecida.
?Ahorita es temporada baja, después de las vacaciones de Semana Santa así es. Pero, al hacer el comparativo con los primeros meses del año pasado, vemos que nuestras ventas han bajado como diez o 15 por ciento?, dijo.
El dirigente del gremio restaurantero de Durango consideró que la informalidad y el ambulantaje son algunas de las más importantes causas de la caída en las ventas del sector, ya que los negocios al aire libre siguen en auge porque lo único que pagan al Estado es una cuota anual de 300 pesos, dijo.
Álvarez Smith estimó, por otro lado, que con la reactivación de la obra pública se podrá mejorar la actividad de la industria restaurantera de Durango, la cual padece actualmente el proceso de estancamiento económico que vive la entidad.
Sobre la informalidad, manifestó que la anterior administración municipal no solamente prometió e incumplió su oferta de reglamentar y poner en orden a los comercios ambulantes, sino que toleró el crecimiento de estos negocios casi al doble, al menos en lo que respecta a los de mayor impacto para los restaurantes establecidos.
?El comercio informal nos impacta de unos años a la fecha. El trienio pasado dejó crecer muchísimo este problema. La situación es que manejan la cuestión informal de un puesto afuera, y ponen mesas y ahí atienden, lo cual no debe ser permitido. Ellos no tributan y nosotros sí. Ellos tienen un impuesto muy pequeño, creo que de 500 pesos al año?.
Estimó que el Municipio debe permitir puestos ambulantes solamente para la gente que en realidad lo necesita, y bajo la observancia de reglas de instalación estrictas y bien definidas; aparte, claro, que estos negocios deben tributar a todas las instancias oficiales como lo hace la industria formal
?Le voy a ser sincero: hay algunos comercios ambulantes que ya parecen franquicias. Es más fácil para ellos crecer que para nosotros. Para ellos toda la utilidad es para un solo lado, y para su gente incluso los salarios son bajos. Pero, para nosotros, es sumamente complicado subsistir cuando tienes tantas obligaciones que pagar?, concluyó.
Un negocio exitoso
Desde temprano comienza el preparativo del ceviche, las sopas y los caldos. El refresco se pone en hielo, más de seis cajas dejó el camión repartidor de la empresa refresquera.
Las compras del día y el adecuamiento del local se hacen a tiempo. El restaurante no abre sus puertas porque está en la vía pública, pero sí comienza la venta desde temprana hora.
Hay más de un chef en la tarea de servir platos y cocteles. Más de dos meseras se dedican a servir. Alguien cobra. Es de fuera pero el negocio también cuenta con música viva casi todos los días.
Las ventas, por las nubes. Las utilidades, no se diga. Mariscos ?El Cargador? es un gran negocio.
La salvedad es que esta gran empresa se encuentra en la vía pública, invade la banqueta norte de bulevar Felipe Pescador y solamente genera el pago de una o dos obligaciones fiscales al año. Son mínimas.
