EL SIGLO DE TORREÓN
¡Papá, papá! Palabra tan corta, pero a la vez llena de gran significado. El tener la dicha de convertirse en padre es una de esas experiencia indescriptibles, que sólo aquellos que han vivido tal satisfacción lo pueden entender.
Es cierto que la paternidad es una gran responsabilidad que se acepta con gusto, entusiasmo e ilusiones, que el correr de los años fortalece el amor y el compromiso de estar siempre al pendiente de aquellas criaturas inocentes e indefensas, las cuales se convierten en el motivo de su existencia.
Un padre tiene la desventaja de no asistir a una ?escuela paternal?, pero a cambio de ello está dispuesto a entregar todo, con el único fin de que sus retoños tengan bienestar, salud y qué comer.
Sirvan estas humildes líneas para felicitarlos en su día y reconocer su labor tan importante dentro de la familia y por ende, en la sociedad. Honor a quien honor merece. ¡Felicidades!
