Bucarest, (EFE).- Un beso de despedida de una joven estudiante rumana a sus padres cuando estaba a punto de volar a París disparó las alarmas antiterroristas en el aeropuerto de Bucarest y el retraso de más de una hora de la salida del vuelo de la compañía Air France.
El diario bucarestino "Adevarul" informa que la joven en cuestión tuvo un arrebato cuando ya estaban a punto de cerrarse las puertas del aparato en el que iba a volar y quiso despedirse de nuevo de sus progenitores antes de partir.
Sin mediar palabra ni advertir a las azafatas, la estudiante salió a la carrera del avión, corrió por el túnel de acceso al aparato y cruzó la sala de espera para abrazar de nuevos a sus padres.
La tripulación del aparato entendió la actitud de la joven como la de una terrorista que acaba de colocar una bomba y escapa a la carrera, por lo que disparó todas las alarmas y dio pie a la intervención de la policía y la guardia de fronteras.
En base a los procedimientos internacionales de seguridad aeronáutica, todos los pasajeros fueron desembarcados y sometidos a un control suplementario de seguridad, al igual que el equipaje de la joven, mientras el avión fue minuciosamente inspeccionado incluso por perros expertos en detectar explosivos.
Dichas medidas de seguridad causaron un retraso de más de una hora en el despegue del avión, que finalmente partió hacia París también con la causante del incidente a bordo.