Con indignación y enojo recibió la ciudadanía la noticia que el Congreso Local es una de las Legislaturas más caras del país. Para muestra un botón: al término de este año cada diputado habrá recibido en promedio casi 1.6 millones de pesos, ahora se entiende el porqué todo mundo se pelea por una curul.
La millonaria cantidad se deriva por concepto de sueldo neto, gastos de gestión, apoyo parlamentario, apoyo para renta, compensación por servicios, apoyo a grupo parlamentario, bono para el coordinador de la fracción, prima vacacional, aguinaldo y compensación semestral. Todo esto se paga gracias a los impuestos de los ciudadanos.
En este contexto La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), reprueba lo costoso que resulta para los coahuilenses mantener a los 35 diputados que integran el Congreso Local, sobre todo considerando el pobre trabajo que realizan. Hay diputados que en 55 sesiones ordinarias y extraordinarias nunca suben a tribuna, otros se caracterizan por ser faltistas.
Sin duda esta erogación es ofensiva para la mayoría de los ciudadanos, sobre todo cuando al realizar un comparativo matemático se obtiene como resultado que cada hora sesionada por los diputados tuvo un costo para los ciudadanos de tres mil 610 pesos, el equivalente a más de un mes de salario mínimo de un jornalero que labore en una maquiladora.
El grueso de la población no tiene claro el trabajo de los diputados, sólo saben de ellos los días de campaña porque después nunca regresan a sus respectivos distritos. Urge atender el llamado de los empresarios y aldegazar la nómina, sobre todo en tiempos donde el dinero escasea en los bolsillos de los ciudadanos.
