El mensaje es ominoso, no sólo para Roberto Madrazo Pintado en sus aspiraciones si no también para el partido político que los cobija a todos. La profesora Elba Esther Gordillo Morales ascenderá a la presidencia del CEN del PRI nacional, una vez que el actual líder se vaya. Así está previsto en los estatutos que rigen la vida interna de ese instituto. Sin embargo, lo que sucede resulta tan estrambótico que debería anotarse bajo la frase Aunque Ud. No Lo Crea que hizo famosa Ripley, el que con dibujos alusivos, en un pequeño cuadro en las páginas de los periódicos, refiere casos insólitos e increíbles ocurridos en el mundo. En efecto, son varios los antecedentes que ponen en tela de duda que la maestra se mantenga ecuánime en el pleito que traen los dos bandos y por tanto opere con neutralidad en beneficio de su organización política. Si quienes la respaldan en su retorno tuvieran una pizca de sensatez, se darían cuenta de que lo conveniente para mantener la unidad en su partido, la que dicen defender a capa y espada, sería una persona que no trajera esa carga de parcialidad y beligerancia.
Los ríspidos roces que ha tenido con la dirigencia priista, no auguran sino dolores de cabeza para Roberto, el que hubo de evitar que a la titular de la secretaría general, es un decir, le rompieran la crisma sus compañeros. La verdad es que en un pretendido afán de mantener unido al tricolor, estrategia que puede o no ser acertada, no la juzgaron en la comisión de justicia a pesar de que presuntamente, dicen, había dado razones suficientes para ser expulsada del partido. En cambio, los tucomes y la propia Elba Esther, lo sabe todo el mundo, no se tentarán el corazón, si se les presenta la ocasión, para echar fuera del partido a los madracistas. No les interesa que, en tanto agudizan su rebelión, al tricolor se lo lleve “patas de catre”. Los tucomes sin melindres buscarán cortarle el cuello a su rival, lo que ha sido el acariciado anhelo de sus vidas, que no han ocultado desde que juntaron sus fuerzas. El arribo de la profesora es una bocanada de aire fresco para este grupo faccioso. Ahora que, en política pueden suceder acontecimientos que ni el más fantasioso de los novelistas se atrevería a aventurar, ni tan siquiera como meras hipótesis.
Hay quienes sustentan la demencial tesis de que la reticencia de los madracistas para aceptar a Elba Esther, usando un léxico coloquial, puede ser un simple “camuco”. Esto es, una maniobra genial, una puesta en escena, un valor entendido o llámele como usted quiera, guste o mande, en que las cosas pueden tomar un derrotero inesperado. No se pueden quitar de la cabeza la idea de que alguien tiene sujetos los hilos que dan vida a los protagonistas, tratándolos como a marionetas que se mueven al antojo de un titiritero. Les da la impresión que, de no estar en el ajo, la profesora estaría jugando con fuego. También, hacen hincapié, en que quienes tronaban en contra de Madrazo pidiendo dejara el cargo de dirigente del PRI, alegando que tomaba la delantera a los demás pretendientes, ahora están encantados de que Elba Esther, quien ha dado suficientes muestras de ser opositora al actual líder priista, les dé a ellos la ventaja. Hay, quienes avizoran en esta conducta, una actitud hipócrita y perversa. El Tucom se descubre manejando una doble moral.
Por lo pronto, apenas y se enteró de que el Tribunal Electoral favorecería su causa, decidiéndose que debería ocupar la presidencia del PRI, acudió presta y presurosa, pero no al edificio del partido en el DF, sino que buscó a los tucomes, llegando a la casa de Gobierno en Toluca, Estado de México, donde se reunieron para recibirla con aplausos, vítores y ¡hurras!, encabezados por uno de los aspirantes a la candidatura para presidente, Arturo Montiel Rojas, que solícito había puesto transportes aéreos a sus pies. En fin, este embrollo no ha acabado, aún dará mucho de qué hablar. No es para menos, la nómina que está en el tapete donde se apuesta, está más gorda que el vientre reluciente de quien se ha comido una canasta repleta de sabrosos tacos de nana. Sólo así se entiende que ninguno quiera dar su brazo a torcer. Lo malo para los de Unidad Democrática es que no han podido darse cuenta o no les importa,, que la profe esté jugando sus propias fichas: es ella, sólo ella y nada más que ella. Y le doy la razón, ¿por qué motivo les haría el caldo gordo a unos u otros?