Está por acabar el año, falta un poco más de siete semanas y el escenario para todos luce más incierto y complejo de lo que alguien pudiera haber imaginado. En el país, la sucesión presidencial tiene tres opciones: Andrés Manuel López Obrador, el populista, Roberto Madrazo Pintado, el tramposo y Felipe Calderón, el candidato de un partido perdedor.
De Andrés Manuel cada vez empiezan a sonar más las alarmas, se dice que el perredista llevaría a nuestra nación a un Estado como Venezuela con el patético Hugo Chávez; sus detractores se empeñan en señalar que el ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México, es un riesgo latente y que de llegar a convertirse en presidente, sería un pase seguro de México a volver al pasado.
Es cierto que López Obrador actúa con cautela cuando en los foros donde aparece se le cuestiona acerca de asuntos económicos, pero persiste en el ambiente en la provincia norteña y en las clases acomodadas, que “El Peje”, es un peligro latente para la viabilidad del rumbo de México.
En el Partido Revolucionario Institucional la cosa está color de hormiga. Roberto Madrazo Pintado es hoy por hoy la persona con más posibilidades de llegar a la silla que hoy calienta el mandilón más inexplicable que existe en este país: el presidente Vicente Fox.
Madrazo representa todo aquello que es el viejo PRI: corporativismo, transa, corrupción, pero también representa triunfo, disciplina, simpatía.
Recordemos que Roberto Madrazo llegó a la presidencia de su partido cuando éste estaba aparentemente herido de muerte por la derrota ya distante del domingo dos de julio de 2000 y con su muy particular estilo, le devolvió al PRI ese carácter de partido ganador.
Bajo el liderazgo del ex gobernador tabasqueño, han sido muy pocos los lugares donde el tricolor no haya podido recordarle al PAN qué partido manda en México en cuestiones electorales y hoy parece que se alista para recuperar el poder que, piensan los priistas, les fue usurpado por el propio Fox.
Sin embargo, Madrazo es a todas luces un político mentiroso, a sabiendas del daño que le causó a millones de mexicanos, Roberto Madrazo fue capaz de comprometerse a sacar las reformas estructurales que nuestro país necesita para luego echarse para atrás de la manera más cobarde, todo al final en su beneficio.
Ése es candidato que hoy presenta el PRI rumbo a 2006, el que representa todos los vicios de ese instituto político que tiene una parte de responsabilidad muy importante en que en este país existan alrededor de cincuenta millones de pobres, por eso las alarmas suenan también por las noticias del tricolor.
Felipe Calderón es el candidato de Acción Nacional. En el cartel es el aspirante más limpio de la contienda, el problema es que el PAN es hoy sinónimo de derrota y no vemos por dónde el blanquiazul pueda repetir la hazaña de 2000, se necesitaría otro candidato como Fox y Felipe no lo es.
En lo local tampoco las cosas pintan tan bien. El gobernador electo de Coahuila, profesor Humberto Moreira, ha empezado a designar a miembros de su Gabinete bajo el esquema tradicional de su partido, designando secretarios que nada saben sobre la materia que les asignarían, pero que seguramente con ello estarían recibiendo el pago de favores, como decíamos, como era antes.
Es por ello que hoy el escenario está con nubarrones, ojalá que nuestra incipiente democracia sea suficientemente fuerte para llevarnos a feliz puerto, pero hoy las posibilidades de que esto ocurra son más que inciertas.
