Madrid, (EFE).- Marte se podrá contemplar en las próximas horas con un aspecto extremadamente brillante y con un tamaño mayor al habitual, gracias a la proximidad que experimentarán las órbitas del Planeta Rojo y la Tierra.
Sin embargo, alguna tormenta marciana de arena y polvo el próximo domingo, día de máximo acercamiento con la Tierra, pueden velar la visión de este espectacular resplandor de Marte, que se produce con diferentes intensidades cada dos años, señalaron los astrónomos.
El Planeta Rojo, con un tamaño aproximado de la mitad del de la Tierra, se situará a 69 millones de kilómetros, o, lo que es lo mismo, a menos de cuatro minutos a la velocidad de la luz, de distancia de ésta.
Según los astrónomos, Marte y la Tierra se darán cita en un encuentro de características singulares que no se producían desde agosto de 2003, cuando redujeron su distancia a 56 millones de kilómetros, algo que no había ocurrido en 60 mil años.
Los especialistas indicaron que será visible en todo el mundo salvo que se produzcan condiciones meteorológicas adversas.
Este resplandor inusual en Marte, con un tamaño angular en el cielo de 20 segundos de arco en el acercamiento (en 2003 fue de 25 segundos, la mejor condición posible), se viene observando ya en los últimos días.
Ese máximo acercamiento con la Tierra no es más que un mecanismo orbital, en esta ocasión con unas particularidades angulares, por el cual los planetas forman lo que los astrónomos llaman una "oposición", es decir, una línea recta junto con el Sol.
Sin embargo, no todas las veces se juntan tanto los planetas como lo harán el 30 de octubre y, así, oposiciones que permitan contemplar a Marte tan detalladamente se suelen dar cada 15 ó 17 años, por lo que habrá que esperar hasta 2018 para ver otra similar.
La "oposición" es algo así como si Marte y la Tierra fueran dos corredores en un circuito circular de carreras, con distintos carriles concéntricos que se corresponden con las órbitas planetarias.
La Tierra, corriendo por el carril interior rápido, al estar más cerca del Sol, da una vuelta al circuito en doce meses, mientras que Marte, que gira más lento a lo largo del carril exterior, necesita algo más de dos veces ese tiempo para completar la órbita.
Aproximadamente cada dos años, la Tierra alcanza a Marte y la deja atrás, para pillarla de nuevo transcurrido un bienio.
Alguna vez ese acercamiento es más favorable, como este año, en el que el tamaño angular en el cielo será de veinte segundos de arco, y que no está previsto que se repita hasta dentro de 15 años.
Si las condiciones lo permiten, los observadores verán detalles de la superficie de Marte, como manchas correspondientes al casquete de hielo en su polo sur o tonalidades más brillantes por sus desiertos con polvo, y marcas más oscuras (rocas, arena y polvo).
Sin embargo, el Planeta Rojo será aún durante días el objeto más brillante del cielo nocturno de la Tierra, sin contar a la Luna.