Así como hay épocas malas, también aparecen de vez en cuando las buenas, como nos ocurre ahora. Primero, Mazatlán gana con muchos honores la Serie del Caribe de Beisbol, dejando en el camino a equipos de mucho respeto y con jugadores de grandes ligas.
Luego, la noche del miércoles nueve, en tierras extranjeras, el futbol mexicano se cubre de gloria, primero, cuando en Cusco, Perú, las Chivas zarandean, y feo, al Cienciano en su propia casa, derrotándolos por elocuente 5-1 para pasar a tambor batiente a la Libertadores.
Y minutos después la Selección Mexicana consigue un soñado triunfo de 1-2 nada menos que ante la Selección de Costa Rica, en el mismo Estadio Saprissa con todo y su pasto artificial, dando así un gran paso en sus aspiraciones para ir al Mundial de Alemania 2006.
En el primer tiempo, los mexicanos tenían como embrujados a los ticos, que parecían sonámbulos deambulando por la cancha, sin atinar a elaborar una buena jugada, hasta que apareció Paulo Wanchope con su inesperado gol ante la falla del ?Conejo? Pérez.
Dio gusto ver el buen accionar de Héctor Altamirano, cuando entró de cambio por Jared Borgetti, que había estado luchando ante los postes centroamericanos. ?El Pity? está convertido en hombre de confianza de Ricardo La Volpe, ganándose cada vez un mejor lugar.
Aquí, Santos siguió trabajando con renovado entusiasmo para su difícil compromiso del domingo ante el Puebla. Luis Michel anhela poder demostrar los deseos que tiene de ser titular, algo que le fue negado en Chivas por el buen paso de Oswaldo Sánchez.