¿La verdad cuánto tiempo se puede ocultar? En el futbol, directivos de la Federación y de algunos equipos han mantenido la idea de que los aficionados no tienen ningún derecho a ser informados, ni a saber lo que ocurre en el medio.
Cállate, no dignas nada, no tomes en cuenta a los periodistas, mucho menos a la afición. Desde hace mucho ese ha sido el lema que todos conocemos, que otros tantos tratamos aunque pocas veces se atienda. Hoy, otra bomba ha estallado en nuestro futbol.
Ocurrió algo serio y delicado con Salvador Carmona y Aarón Galindo. En principio se quiso ocultar la noticia, nada se dijo, hasta que los reporteros empezaron a contar a los jugadores que estaban practicando en la cancha y vieron que faltaban dos.
Preguntaron, volvieron a insistir y fue cuando se les dijo escuetamente que habían sido separados por indisciplina. ¿Qué tipo de indisciplina? Nadie quiso contestar y empezaron a correr los rumores, esos que son tan prolíficos por estos días en nuestro futbol.
Se habló de proteger a los jugadores, a sus familias, y con tales argumentos más voló la imaginación. Hoy en día el futbol mexicano está en otro predicamento, el de la falta de capacidad de sus directivos para tratar un tema, que quizá sea simple pero lo hicieron difícil.
Atrás de un equipo, y sobre todo de una Federación, deben estar dirigentes muy capaces, con mucho sentido común, con mucho conocimiento de lo que es manejar las relaciones públicas, sabiendo que los aficionados son los que en realidad ayudan a sostener el negocio.
