Italia fue en 1934 la anfitriona de la segunda Copa del Mundo, y entre sus figuras estuvo Ma-thías Sindelar, considerado como leyenda del futbol austriaco. De él se decía que cada jugada era como una nota musical, por la perfección de sus movimientos.
Tales características en su accionar dentro de la cancha le sirvieron para que la gente lo llamara ?El Mozart del futbol?, en recuerdo del gran genio musical de Austria. Su carrera la hizo con el Hertha y el Austria de su natal Viena, con orígenes judíos.
Su final fue trágico, al invadir Alemania la República de Austria, Mathías y su esposa decidieron quitarse la vida inhalando el gas que tenían para el servicio de su cocina, lo que llenó de dolor y silencio a todo un país que había admirado y elogiado las hazañas de un grande.
Otro grande del segundo campeonato lo fue el italiano Giuseppe Meazza, en cuyo honor el gran estadio de Milán lleva hoy su nombre. Se le consideraba como un interior técnico y cerebral y líder indiscutible de la ?squadra azzurra? que ganó las Copas de 1934 y 1938.
También en este segundo Mundial brilló intensamente el arquero español Ricardo Zamora, considerado junto con Liev Yassin, ?La Araña Negra de Rusia?, como los mejores porteros de todos los tiempos. Zamora era gran innovador bajo los palos.
Nacido en Barcelona en 1901 y cuando cumplió los 15 años de edad fue fichado por el Barcelona. Su última etapa como jugador, de 1930 a 1936, la jugó defendiendo los colores del Real Madrid, que le había dado el contrato más alto de esos tiempos. Murió en 1978.