En estos torneos cortos se tienen que aprovechar cada uno de los minutos de cada partido, que en realidad son pocos y suman en toda la temporada 1,530 más lo que añada el silbante en cada ocasión. Perder tiempo es restar oportunidades para subir o para descender.
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Por ello, en cada entrenamiento el técnico tiene que hablarle a sus jugadores de lo valioso que es aprovechar los minutos y sus oportunidades, y lo grave que es dejar pasar ambos sin ningún provecho, pues el fantasma del descenso empieza a manifestarse.
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Santos entró en una zona donde se han prendido ya los focos amarillos. Se podrán decir muchas cosas para rebatir lo anterior, pero lo cierto es que hoy sí le queda al conjunto de la Comarca la famosa frase del ranchero que le dijo a su compadre: ?ahora sí apúrese?.
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Y para colmo de males, por instrucciones de reglamento y de órdenes superiores, los silbantes estarán cada vez más quisquillosos, más exigentes, utilizando las tarjetas con la rapidez de un buen gatillero del oeste, y por quítame estas pajas aparecerán.
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Ahí tiene el caso de Hugo Sánchez, que esta vez en el Corona estuvo conteniéndose de hacer sus famosos aspavientos, mientras que para algunos jugadores que reclamaban o marcaban con cierta exageración empezaban a aparecer las famosas tarjetas.
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Así pues, los jugadores del Santos tienen que mentalizarse de que deben aprovechar los minutos de que disponen antes de que el calendario deje caer más hojas. Sin presiones y ni angustias deben hacer lo que saben, pero con lo mejor de ellos mismos.
