El viernes anterior Santos partió por la tarde a Aguascalientes en su vuelo charter, pero apenas llevaban unos cuantos minutos en el aire cuando los jugadores fueron avisados que tendrían que regresar a Torreón.
Los pilotos de la aeronave notaron problemas en la nave y no quisieron correr riesgos, así que minutos después los jugadores albiverdes estaban de nuevo en la terminal aérea. La espera se prolongó por unas dos horas hasta que una nueva nave llegó y los llevó a su destino.
Y es que en estos casos hay que cuidar todos los detalles. El viaje fue feliz, aunque el regreso resultó triste por el resultado obtenido en el Estadio Victoria. Pero el más triste de todos los viajeros a la venida era Junior César, soñando todavía en una tarjeta roja.
Ayer en Santa Rita, Junior se acercó y platicó que era ésta la primera tarjeta roja en su carrera, y aparecía ahora que está luchando por volver a tener un puesto de titular. Se le veía abatido pero minutos después en la cancha todo cambió.
Ahí volvió a ser el jugador alegre de siempre. Siempre se le ha visto jugar limpiamente, y fuimos los primeros sorprendidos cuando le sacaron la roja. Él dice que las fotos y los comentarios los magnificaron y que su caso fue considerado como mal ejemplo.
Ayer mismo, a pesar de que no estará ante San Luis, Junior César volvió a entrenar como si fuera a reaparecer el domingo. Vimos al equipo lleno de entusiasmo, sabiendo que les espera un encuentro difícil ante un San Luis que acaba de golear.
