Un equipo bien parado, con un plan bien definido, es otro de los obstáculos. Pachuca colocó muy bien a sus diez hombres en la cancha, y además, tuvo en el onceavo, o sea Miguel Calero, a un excelente arquero digno de todos los elogios.
Miguel, no sólo se cuidó de los delanteros santistas sino también de los errores de sus compañeros. Cuando Gabriel Caballero, en un intento por despejar por poco anota un autogol, los reflejos del arquero colombiano evitaron la anotación.
Miguel Calero es un ejemplo de profesionalismo, muchos ayeres han pasado y sigue siendo un guardameta eficiente, muy bien física y mentalmente. Da plena confianza a su equipo y por ello sigue siendo el portero de la selección de Colombia, a la que quiere ya renunciar.
Matías Vuoso y Rodrigo Ruiz siguen siendo los grandes guerreros. El ?Toro? busca con anhelo no sólo anotar goles sino pelear todos los balones para dar lo que llamaríamos pases de oro o medios goles, que ahora no fueron aprovechados.
También hay que resaltar el trabajo de José Antonio Olvera, que sigue a la alza. Es interesante verlo cómo trabaja en Santa Rita. Llega ahí con la mente puesta en lo que hará, en las fallas anteriores y cómo las superará.
También hay que destacar el trabajo de Carlos Cariño, no sólo en los partidos sino en los entrenamientos, donde ayuda a sus compañeros a corregir errores. Ahí, en Santa Rita, sigue practicando los tiros de larga distancia que pronto podrían darle buenos resultados.