Alambradas cada vez más altas no impiden que los vándalos las brinquen, como ocurrió en el partido ante el Atlas, y es que a pesar de la vigilancia que existe no se ha podido erradicar del todo el que algunos se dediquen a causar problemas.
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Fue en el primer encuentro del Apertura 2005 ante Pumas, cuando desde las tribunas fue arrojado un pedazo de hielo que pegó en el rostro de un abanderado. En la cédula apareció el hecho y ahí surgió el primer aviso de veto para el Corona.
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Y desde entonces, a partir de publicaciones y exhortos en el mismo estadio pidiendo buen comportamiento a los aficionados, la temporada transcurrió en forma normal, sin incidentes que alteraran el orden. Pero en el encuentro ante el Atlas un mal aficionado echó todo a perder.
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Brincó las trancas y la alambrada con todo y sus púas y apareció corriendo en la cancha como si estuviera preparándose para entrar de relevo. El incidente se antojó chusco porque el muchacho no intentó dañar ni molestar a nadie, sólo divertirse.
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Y es curioso que en otros estadios no haya alambradas ni muros altos, incluso en algunos se puede ver el partido con mayor comodidad. En el mundo deportivo hay mucho por fomentar, sobre todo una cultura para gozar y apreciar mejor el espectáculo.
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Y mientras son peras o manzanas en cuanto al veto, hoy Santos volverá al Corona para celebrar su interescuadras donde podría ver más acción Hugo Norberto Castillo, quien está por reaparecer después de una larga recuperación.
