Cuánta felicidad debe existir en estos momentos en Trinidad y Tobago, pequeño país de apenas un millón de habitantes, que tuvo la afortunada idea de contratar a un buen técnico, al holandés Leo Beenhakker para que los ayudara a asistir a su primer Mundial de futbol.
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El técnico europeo llegó, analizó bien las cualidades de cada jugador, unos veteranos y otros verdes pero entregados, y con ellos fue mostrando otra cara en cada paso que iban dando en la eliminatoria, hasta colocarlos en el repechaje.
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Ya ante México, los trinitarios mostraron sus grandes avances, y finalmente, imponiéndose a Bahrein lograron uno de los últimos boletos para ir a Alemania. Así que lo hecho por Leo Beenhakker estará escrito con letras de oro en la historia deportiva de Trinidad y Tobago.
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Ese mismo día en que los trinitarios lograban su calificación, México caía horas más tarde ante el seleccionado de Bulgaria por goleada de 3 a 0. Mal se vieron los nuestros, y mal también su flamante técnico, el argentino Ricardo Antonio La Volpe.
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Esta selección que dirige el ?che? no ha podido imponerse a los europeos, algo que ya en vísperas de ir al Mundial preocupa a los aficionados, mas no así a los directivos de nuestro balompié, que siguen confiando en este hombre de tantas polémicas.
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La Volpe ha probado todos los hombres disponibles, y ha incluido a extranjeros para dar fortaleza al ataque, pero ante Bulgaria el examen fue elocuente, y ante el futbol europeo de primera intención y muy vertical no hay mucho que presumir.
