Si siguen de moda los milagros y las grandes hazañas, deberían aparecer de nuevo ahora en La Bombonera de Buenos Aires, donde el 18 de diciembre Boca Juniors recibirá, en la final de la Copa Sudamericana, a los Pumas de Miguel España.
Porque el raquítico empate obtenido por los felinos en Ciudad Universitaria es muy pobre para ir a la casa de los ?xeneizes? en busca del triunfo y del campeonato. Y es que Alfio Basile presentó un esquema impasable, que no podían destrabar los universitarios.
El primer tiempo fue un verdadero crucigrama para los comandados por España. El balón estaba siempre en poder de los visitantes, ante un equipo universitario que intentaba, luchaba pero no podía pasar más allá de la media cancha.
Pero Miguel España modificó el accionar y mandó a la cancha gente de refresco con otras intenciones, lo que ayudó a nivelar el encuentro hasta lograr el empate, y luego vendría esa jugada dudosa de Ismael Íñiguez que parecía un auténtico gol.
Pero el silbante uruguayo sigue asegurando que el arquero Roberto Abondanzieri logró sacarla a tiempo, mientras que en el coloso de la Ciudad Universitaria todavía se escuchan los gritos de ?ratero, ratero? en contra del silbante de origen uruguayo Jorge Larrionda que pitó el pasado martes.
Así que hay que ir a La Bombonera de la capital argentina en busca de la gran hazaña, algo que esta vez no será fácil, pues allá el público presiona y con fuerza a su equipo, y éste se siente más que obligado a repetir como campeón en una final que la han ajustado a su favor.
