En esta época navideña, también los aficionados al beisbol, pidieron al Niño Dios les mandara un equipo que diera pelea y no fuera un simple patiño dentro de la Liga Mexicana. Una novena que haga honor al espíritu de lucha de los laguneros.
Que desde el manager hasta los jugadores y el carga bates sepan donde están ubicados para que sean dignos representantes de esta tierra que es de lucha y esfuerzo, donde para vencer al desierto se requirió de la capacidad y el tesón de sus gentes.
Que todos estén involucrados en la búsqueda de un campeonato, algo que aquí muchos no conocen, pues deben ser pocos los que vieron por última vez que un conjunto de la Comarca Lagunera era el más sobresaliente dentro de los diamantes.
Hoy se tiene una bonita casa, pues el Estadio de la Revolución sufrió una transformación completa, para dar comodidad y mejor espacio a sus visitantes, lo que debe tener correspondencia en el campo de juego.
Que cada jugador contratado sepa que no viene a un equipo más sino al que debe ser el mejor representante del beisbol de la Región, donde cada conquista no es flor de un día sino orgullo permanente de un digno esfuerzo.
Que sea un equipo cerca de la gente, no un grupo desconocido que nadie ubica fuera del parque. O sea que esté al lado de los niños, que comulgue con el aficionado, que escuche los comentarios y las críticas de los que saben. ¿Será mucho pedir?