Terminó su Viacrucis el ?Papa peregrino?; sus frutos se expandirán en todo el mundo
PUEBLO NUEVO, DGO.- Doblaron las campanas en duelo. Bajo una estela de tristeza y lágrimas de un pueblo siempre fiel, porque el Papa Juan Pablo II, quien dirigió la Iglesia Católica durante más de un cuarto de siglo y que contribuyó a derribar el Comunismo en Europa con su prédica viajera, murió el sábado a las 9:37 p.m. (13:37 hora de México) en sus aposentos del Vaticano a los 84 años, después de una prolongada y dolorosa agonía.
El Pastor Máximo de la Iglesia Católica deja un hueco difícil de cubrir, afirmó monseñor Manuel Mireles Vaquera, obispo de la Prelatura de El Salto, una vez que se enteró de la muerte de Juan Pablo II, en cuyo duelo repicaron las campanas en todos los templos de Durango: ?pueblo sacerdotal? tal como lo bautizó el Sumo Pontífice durante su visita el 9 y 10 de mayo de 1990.
Una vez que el vocero Joaquín Navarro Valls diera la infausta nueva, la feligresía de la Prelatura como de todo el mundo se consternó. El líder más grande del mundo dejaba de existir, por lo que de inmediato invadió el silencio, los recuerdos, la tristeza y lágrimas.
Juan Pablo II, quien durante años padeció el mal de Parkinson y que se vio debilitado por infecciones y fiebres en las últimas semanas, mostró al mundo su humildad y en ella la grandeza de un fiel servidor de Dios, afirmó el obispo Mireles Vaquera.
El Papa peregrino no solamente descolló como líder religioso, sino también en el ámbito social y cultural, su gran corazón se vio debilitado, la llama se extinguió dejando una profunda tristeza en el mundo. Las campanas empezaron a doblar en el Vaticano y en todos los templos del mundo católico.
En la parroquia de El Salto ofició ayer el obispo Mireles Vaquera una misa a las 18:00 horas y los Hermanos de la Cruz estarán en vela toda la noche como duelo al triste acontecimiento, lo cual ocurrirá en todo el mundo católico.
Durante la larga agonía del Papa, los fieles católicos de la Prelatura estuvieron pendientes de todo y entregados a la oración, afirmó monseñor Mireles Vaquera, sin negar su profunda tristeza por el desenlace de ayer.
?Su amor a los pobres y preocupación a los enfermos demostraron su entrega a la misión encomendada como sucesor de Pedro. Su amor a los hombres fue producto del amor a Dios, a quien aprendió a querer en el dolor y sacrificio; huérfano desde los nueve años, vivió los estragos de la Segunda Guerra Mundial, así como el atentando y sus males físicos.
?Así templó su espíritu para servir a Dios en su incansable evangelización por todo el planeta hasta romper con el dique comunista. El mundo perdió un gran hombre?, añadió Mireles Vaquera.
Bendición
?Varias veces estuve frente al Papa y en una de sus visitas a México logré su bendición para la Prelatura de El Salto?, afirmó monseñor Manuel Mireles Vaquera, su recuerdo y obra germinarán para dar frutos en la tierra.
?Juan Pablo II templó su espíritu en la adversidad y ése es un ejemplo para que todos los hombres y mujeres hagan frente a los problemas de la vida sin perder la fe y el amor en Dios?, dijo.
Por su parte, monseñor Mireles Vaquera guarda gratos recuerdos del Papa y el llamado de seguir siempre adelante hasta que Dios lo permita.
El Pontífice murió de insuficiencia cardiaca y renal después de haber sido hospitalizado dos ocasiones en dos meses.