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LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- Dar el beso de las buenas noches a sus tres pequeños hijos, después de ordenar el derrocamiento de un dictador en algún país de América Latina o de evitar la lapidación de una mujer acusada de adulterio en Nigeria, completan las jornadas de Mackenzie Allen, la primera presidenta de Estados Unidos, en un zigzagueante y provocativo serial televisivo de la ABC que ha logrado colocarse entre los primeros ratings de audiencia, y que se estrena este lunes en Sony Entertainment Television.
El éxito en Estados Unidos de Comandante en Jefe, una serie construida a partir de viejos clichés del poder presidencial en la Casa Blanca, para adaptarlos al carácter de una mujer independiente de 45 años, ha ido más allá de las expectativas y de una simple ruptura de esquemas televisivos para fijar la atención de la opinión pública estadounidense ante la siguiente pregunta: ¿Acaso una mujer podría convertirse en la próxima presidente de Estados Unidos?
La pregunta no tiene nada de ocioso y sí mucha retranca para aquellos que no han podido evitar ver en el estreno de esta serie televisiva la verdadera declaración de intenciones de la senadora demócrata por Nueva York y ex primera dama Hillary Clinton, para convertirse en la primera mujer que llegue a ocupar la oficina oval de la Casa Blanca.
?Hasta ahora, los ciudadanos nunca habían podido imaginar o ver en imágenes cómo podría ser una mujer en la presidencia. Hoy, la serie Comandante en Jefe y su protagonista, Geena Davis, nos ofrecen esta interesante opción?, comentó Marie Wilson, presidenta del grupo independiente The White House Project, una organización que fomenta la elección de mujeres para ocupar altos cargos.
El éxito de la serie, que convierte a Geena Davis, o a su personaje, Mackenzie Allen, en la mujer más poderosa del planeta y al actor Donald Sutherland en el líder de la mayoría republicana que conspira las 24 horas del día contra la presidenta, la ha convertido así en el objetivo de chismorreos y rumores entre quienes aseguran que el propio matrimonio de los Clinton y el ex vicepresidente, Al Gore, habrían asesorado a los productores y guionistas de la serie con el fin de preparar a la opinión pública de cara a una posible candidatura de Hillary Clinton a la presidencia.
Estas sospechas parten del hecho de que Steven A. Cohen, productor y actual director de la serie, fungió como director de imagen y comunicaciones de Hillary Clinton cuando ésta ocupaba el cargo de primera dama de la Casa Blanca.
Los rumores y acusaciones han obligado al creador de la serie, Rod Lurie quien ha tenido que ceder el control de la serie a Steven Cohen por razones de salud, a señalar que Comandante en Jefe ?era un viejo proyecto que habría salido adelante con o sin los supuestos planes de Hillary Clinton de contender por la presidencia?. Sin embargo, para aquellos que creen a pie juntillas que las coincidencias no existen en política, el éxito de la serie ha llegado con el peor momento de la administración Bush y con una creciente aceptación de la opinión pública ante la posibilidad de que una mujer dirija los destinos de la nación más poderosa del planeta.
Según un sondeo elaborado recientemente por el Siena College de Nueva York, 81 por ciento de los ciudadanos están preparados para una mujer presidente y más de 60 por ciento cree que tendrán una comandante en jefe a partir de 2008.
Sin embargo, los responsables de la serie han pedido a los televidentes contrarios a dicha opción que recurran a la página de la ABC en internet, para contestar la pregunta: ¿cree usted que la presidenta debería dimitir y ceder el poder a un hombre?
El resultado, aún sin tener valor científico, ha revelado que 55 por ciento de los televidentes cree que una mujer no debería acceder a la presidencia, mientras que sólo 38 por ciento ha votado en su favor.