No es muy común en estos tiempos que Hollywood ofrezca películas limpias, sanas y aleccionadoras.
Si bien es cierto que vamos al cine a divertirnos o a distraernos de la rutina y los problemas diarios, resulta por demás reconfortante llevarnos además algo positivo de vuelta a casa.
Precisamente Cinderella Man, cuya traducción al español esperamos no sea muy disparatada, ofrece este complemento a los cinéfilos que están hartos de las películas insípidas y banales, en donde el sexo, la violencia y la frivolidad prevalecen sobre los valores humanos.
Cinderella Man es la historia del boxeador neoyorquino Jim Braddock, quien se repone de las penurias físicas y económicas para conquistar el campeonato mundial de peso completo ante el demoledor Max Baer, quien había dado muerte en el ring a dos de sus contrincantes.
Esto ocurre en los años 30 del siglo XX alrededor de la Gran Depresión de Estados Unidos cuando Braddock, hijo de inmigrantes irlandeses, se queda sin trabajo y sin dinero para pagar la luz y la alimentación de su esposa y sus tres hijos.
Gracias a la confianza de su manejador Joe Gould y al hambre de su familia, Braddock regresa a los cuadriláteros luego de haberse retirado por su edad y sus fracasos.
La cinta está llena de valores como el trabajo, la perseverancia, la honradez, el coraje, la fidelidad y el amor auténtico de un padre por sus hijos.
Con excepción de algunas escenas violentas de boxeo, el resto del filme es apto para toda la familia, especialmente para los padres y niños mayores de diez años. El elenco es de primera línea y por lo mismo anticipamos que obtendrá algunas nominaciones para los premios del cine tanto de Estados Unidos como a nivel internacional.
El director Ron Howard, ganador del Óscar a la mejor película y director con A Beautiful Mind, logró formar otro equipo de primera: los actores Russell Crowe, Renée Zellweger y Paul Giamatti, además del guionista Cliff Hollingsworth.
Crowe recrea de alguna manera el papelón que hizo en El Gladiador que le valió el Óscar al mejor actor. La atractiva Zellweger realiza una soberbia actuación con la complejidad que requiere representar a una mujer del siglo pasado, tal como lo hizo con similar maestría en el filme Chicago.
Y qué decir de Paul Giamatti, quien se convierte finalmente en la hada madrina del hombre cenicienta para llevarlo al éxito y la fama luego de una oscura carrera deportiva.
Cinderella Man aborda las vicisitudes de la industria del boxeo, en donde el negocio y el dinero se anteponen a cualquier otra cosa, en este caso la propia salud de los pugilistas.
Pero para el aspirante Braddock la necesidad de sobrevivir al hambre de su familia es mucho mayor, por ello se entrega de lleno, hasta el final, sin importar que el día de mañana quede incapacitado o sin vida en algún rincón del ring.
El final es por demás dramático pero a todas luces feliz al estilo Hollywood, aunque sin llegar a las estridencias emocionales de la serie Rocky.
Cinderella Man tuvo una acogida aceptable en la crítica norteamericana, está clasificada con cuatro estrellas de cinco, pero curiosamente la difusión en los medios ha sido escasa, probablemente por la ausencia de escenas de alcoba y de valores negativos.
Aún así será de las películas que por su evidente calidad alcanzará un éxito taquillero durante este 2005, gracias a la promoción de boca en boca. Si usted quiere disfrutar de un buen momento con su familia, llévelos a ver esta apasionante historia a la primera oportunidad.
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