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Una síntesis del arte colonial

En su construcción participaron 18 maestros mayores que aplicaron seis estilos arquitectónicos vigentes entre los siglos XVI y XVIII.

AGENCIAS

MÉXICO, DF.- La Catedral Metropolitana de la Ciudad de México es no solamente el centro religioso más importante del país, sino también ?la suma, archivo y síntesis histórica? de las múltiples corrientes de arte plástico que prevalecieron en los dos siglos que duró su construcción sobre los restos de la antigua Tenochtitlán.

?La catedral terminó como empezó?, dijo el arquitecto Julio Valencia, subdirector de Restauración de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural del Conaculta (DGSMPC), haciendo alusión al estilo renacentista (clásico) que impulsó su primera etapa constructiva, iniciada en 1573, y al neoclásico de finales del siglo XVIII y principios del XIX que predominó en su fase arquitectónica culminante.

Los otros modelos estéticos que contribuyeron al acabado ecléctico de la Catedral de México fueron el manierista, el barroco, el herreriano y el churrigueresco. En su majestuosa configuración intervinieron 18 maestros mayores, entre ellos Francisco Guerrero y Torres, Damián Ortiz de Castro y Manuel Tolsá, quien diseñó y construyó la linternilla de la cúpula mayor, terminada en 1813.

El enorme edificio ocupa una superficie de más de siete mil metros cuadrados, junto con la Curia -el Templo del Sagrario- muestra culminante del churrigueresco, y su extenso atrio tiene dos torres de 60 metros de alto cada una, en cuyos vanos albergan 36 campanas, incluida la que artesanos de Hidalgo donaron en 2003 al Arzobispado de la Ciudad de México en ocasión de la canonización de Juan Diego y la última visita del papa Juan Pablo II.

Además de sus méritos arquitectónicos, la catedral reúne numerosos e invaluables bienes artísticos y artesanales ?retablos, esculturas, pinturas, instrumentos musicales, libros, muebles de uso ritual y doméstico, etc- de la procedencia universal y temporal múltiple.

El Retablo de los Reyes del Altar Mayor, actualmente en proceso de restauración con apoyo de los gobiernos de España y México -éste por conducto del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta)-, marcó la entrada al país del estilo barroco estípite, de amplia difusión en el resto del país a partir del siglo XVIII. Entre los grandes pintores barrocos que trabajaron en la catedral figuran Cristóbal de Villalpando y Juan Rodríguez Juárez.

La reja del Coro, donde se preservan dos grandes órganos musicales, procede de Filipinas, ya que durante su construcción en el periodo colonial el Arzobispado de la Ciudad de México contó con donaciones de todos los gremios de las colonias americanas y asiáticas de la Corona Española.

Otros de los tesoros ocultos o poco conocidos que preserva la Catedral de México son once basamentos prehispánicos que en distintos periodos se han localizado bajo su cimentación. En esa área, de acuerdo con fray Bernardino de Sahagún, el gran investigador e historiador del siglo XVI, habría estado el recinto ceremonial del Templo Mayor, el adoratorio del dios Tonatiuh y un juego de pelota nahua o azteca.

Hoy en día, la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México recibe diariamente la visita de unas cinco mil personas y diez mil los fines de semana.

Una primera versión

Hacia 1550, la catedral tuvo una primera versión, la cual era más pequeña y modesta en obraje artístico; estuvo ubicada en la zona poniente del edificio actual y abarcaba el atrio y lo que hoy forma parte del arroyo norte de la Plaza de la Constitución o Zócalo.

Su largo periodo constructivo (1573-1791, la intervención de Tolsá en 1813), se limitó a la culminación de la cúpula mayor e implicó tres fases distintas: cimentación en el siglo XVI, levantamiento de estructura en el XVII y -tras una larga interrupción- su diseño arquitectónico exterior y ornamental a partir de 1787.

Características

La Catedral Metropolitana tiene varios elementos que la hacen especial.

-Tras su imponente fachada barroca y neoclásica llenas de luz, se penetra a la penumbra del espacio sagrado.

-Las cinco naves.

-Capillas, algunas laterales.

-Retablos.

-Pinturas.

-El altar del perdón.

-La sacristía.

-El magnífico retablo de los Reyes.

-Durante algunas ceremonias puede escucharse la música de uno de los órganos monumentales.

-Posee elementos herrerianos, barrocos y neoclásicos.

-La cripta, localizada en el sótano de la catedral, aloja entierros de los arzobispos que han participado en la vida eclesiástica de la Catedral.

-El campanario, con 33 campanas, cuyo peso varía de 200 kilos a dos y media toneladas.

FUENTE: AGENCIAS

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