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'Urge un cambio formativo'

LUIS ENRIQUE RAMÍREZ

Asegura Javier Usabiaga que no se vislumbra ninguna crisis con el maíz, frijo ni al garbanzo

EL DEBATE-AEE

MÉXICO, DF.- En medio de la sobriedad de su oficina, frente a una pequeñísima taza de café y sus cigarros, Javier Usabiaga Arroyo guarda una serenidad que contrasta con lo apretado de su agenda, repleta sobre todo de viajes pues, explica su coordinadora de comunicación María Elena Mendoza, su trabajo se desarrolla sobre todo en el interior de la República.

El secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) se da el tiempo necesario para conceder una amplia entrevista.

Ante cada pregunta, medita unos instantes para luego emitir respuestas contundentes y con abundancia de datos que guarda en la memoria y maneja con soltura.

-¿Está de acuerdo con la opinión de muchos productores que la agricultura está en decadencia como actividad económica, que ya dejó de ser rentable?

Yo no creo que la agricultura esté en decadencia. Ciertamente la agricultura, como tantas otras actividades en la economía moderna, tiene que ser altamente eficiente y se tienen que tener ciertos parámetros de análisis para lograr su rentabilidad.

Yo creo que lo que necesitamos en todo el país es buscar el patrón de cultivos que realmente nos permita optimizar nuestras capacidades productivas. Si tenemos el agua, si podemos tecnificar su uso y de esa manera dar mayor certidumbre a nuestra actividad, tendremos que buscar qué cultivos nos pueden pagar esa tecnificación y mejorar esa eficiencia. Los parámetros de productividad en el campo tienen que estar relacionados más hacia el uso de los recursos naturales como es el agua que a la extensión de tierra.

-¿Cuál es, entonces, el futuro de la agricultura?

-La agricultura siempre tendrá un espacio preponderante en la economía mundial y en el estatus de la sociedad. No se puede concebir una sociedad sin agricultura, por eso se habla de la multifuncionalidad de esta actividad. Los agricultores hoy somos responsables no solamente de producir alimentos para la sociedad, sino también somos responsables de la conservación de los recursos naturales de los cuales somos usuarios y responsables. Hoy en día la agricultura no solamente lleva satisfactores alimenticios a los consumidores, lleva espacios de decoración como pueden ser los ornamentales, espacios de bienestar como pueden ser los biocombustibles, espacios de generación de energía por vías alternas, recursos no renovables o biodegradables.

-¿Percibe una tendencia catastrofista por parte de los productores?

-Mucho, mucho, mucho, mucho. Es más fácil hablar de catástrofes que hablar de éxitos. Y algunas veces inclusive convertir los éxitos en catástrofes. El que el estado de Sinaloa haya venido creciendo en sus niveles de producción y de productividad hay veces que me da la impresión de que lo queremos convertir en una desgracia, siendo que es algo de lo que deberíamos estar sumamente orgullosos. Y es algo que deberíamos trabajar juntos en solucionar. La política del señor presidente es muy clara: que el productor conserve hasta donde sea posible el valor del bien producido de acuerdo con las condiciones del mercado. Y para eso hay que desarrollar, hay que generar y hay que crear los instrumentos para que el productor pueda conservar el valor de su cosecha. Y por otro lado dar una certidumbre para que el productor pueda alcanzar esos niveles de productividad y de rentabilidad a los que tiene derecho.

-Pero ¿qué hace Sagarpa respecto a la crisis que se vislumbra respecto a cultivos como el maíz, el frijol y el garbanzo?

-Mira, yo creo que no hay crisis ni en el garbanzo, ni en el frijol, ni en el maíz. El garbanzo ha sido un cultivo tradicional en Sonora y en Sinaloa, ha dado parámetros de rentabilidad y tiene un posicionamiento donde hoy es preferente en los mercados mundiales. Los parámetros de rendimiento, de calidad, han venido mejorándose año con año. Entonces yo no puedo pensar que haya crisis en el garbanzo. El que haya llovido en enero y febrero en Sinaloa no quiere decir que esto traiga una crisis. Tampoco hay crisis en el mercado del frijol. Nuestro consumo per cápita de frijol ha venido bajando año con año porque no hemos sido capaces de que este cereal se adapte a los hábitos de consumo moderno. Las familias requieren un producto más elaborado, de más fácil cocina, de más fácil acceso. Y el frijol no tiene estas particularidades. Aquí tenemos que empezar a buscar de qué forma reforzamos esta participación en el mercado interno y cómo abrimos hacia otros mercados como ya lo están haciendo en Sinaloa, donde exportan alrededor del diez, 12 por ciento de la producción. En el caso del maíz, no puede haber tampoco ninguna crisis, nuestro país importa año con año de 3.5 a cinco billones de toneladas de maíz que nos urge abastecer a nuestros sectores industriales y pecuarios. ¿Cuál es el problema del maíz en Sinaloa? Hay que reconvertir algo de la producción de maíz blanco a maíz amarillo o posesionar determinadas variedades de maíz haciendo valer las bondades que pueda tener el sector en la parte energética para consumo animal y en la parte industrial para la elaboración de almidones y fructosas. Y encontrar realmente cuál es el mercado para esto. Tenemos que encontrar la reducción de costos en los servicios de post cosecha. Esto es, almacenamiento, financiamiento y transporte. Los costos en esos tres renglones en el estado de Sinaloa son sumamente altos inclusive comparados con el resto del país, parte por su lejanía del mercado y parte por la costumbre de un servicio muy caro y la falta de sensibilidad a los agentes financieros para concurrir en el momento de la cosecha.

En esto hemos venido trabajando, y hemos venido avanzando, hay que reconocerlo. Del millón 700 mil toneladas que se produjeron en el 2001 a los 4.3 millones de toneladas que se van a producir este año.

Ahí han estado los recursos financieros, los agentes financieros, la logística de movilización, los agentes para el almacenaje y todos los servicios. ¿Qué tenemos que hacer? Buscar la forma de abaratar estos servicios.

-¿Y los problemas de comercialización?

-No hay ningún problema de comercialización, te lo repito. Se entiende mal cuando se habla de un problema de comercialización. Yo no sé que se haya quedado nunca en Sinaloa maíz guardado de un año para otro. El problema es de movilización de la cosecha, un problema de congestionamiento momentáneo del mercado. Un bombazo de 4.3 millones de toneladas que esperamos este año en un periodo de 65 días sin las logísticas de almacenaje, de financiamiento y de movilización que se requiere para ese volumen, pues trae problemas y ahí es donde hemos venido trabajando junto a los productores para resolverlos.

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