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CISJORDANIA.- Las fuerzas armadas israelíes dijeron ayer que cambiarán sus métodos de control de motines, reemplazando las balas de acero revestidas de caucho, que suelen ser fatales, por proyectiles de arena comprimida.
Los proyectiles de caucho han matado a decenas de palestinos en las últimas dos décadas. Los de arena fueron creados originalmente para tiroteos en espacios reducidos durante el rescate de rehenes.
Un organismo israelí defensor de los derechos humanos elogió la decisión, pero se declaró sorprendido porque el Ejército había demorado tanto en encontrar medios no letales para dispersar manifestaciones.
El nuevo proyectil, cuya cabeza de arena comprimida se puede disparar con cualquier fusil, ya ha sido usado en Cisjordania contra manifestantes palestinos que protestan por el muro que está levantando Israel, dijo el Ejército.
La bala de arena, que se dice provoca un dolor agudo pero no perfora la piel, fue creada y usada en primer término por la autoridad penitenciaria israelí. Reemplazará gradualmente al proyectil de caucho. Los grupos de derechos humanos han elogiado la decisión.
?Es bueno que se usen armas menos letales?, dijo Sarit Michaeli, vocera del grupo israelí B?tselem.
Durante años el Ejército sostuvo que los proyectiles de caucho no eran letales. Pero lo eran cuando los disparaban a quemarropa o cuando impactaban en los ojos u otros tejidos blandos.
Reciben vivienda colonos evacuados
Las primeras diez familias de colonos de los cerca de ocho mil que deberán evacuar los asentamientos de Gaza durante el mes de agosto entraron ayer, por primera vez, en su nueva casa del campo de viviendas prefabricadas de Nitzanim, en el litoral mediterráneo.
Los colonos recibieron las llaves de manos de los representantes de la Dirección para la Evacuación (SELA, por sus siglas en hebreo), en una emotiva y breve ceremonia en la que participaron funcionarios del Ministerio de Defensa, contratistas que trabajan en el campamento e incluso de la empresa telefónica que les debe instalar la línea.
?La sensación que tenemos es de emoción, pero también de mucha confusión, porque hemos dejado atrás una comunidad fuerte, fantástica y que nos apoyaba?, dijeron Eti y Yosef Bendahán, colonos del asentamiento de Nisanit, en el norte de Gaza, y los primeros que ayer obtuvieron las llaves de su nueva vivienda.