A JORGE BARANDA
Nunca creí yo que hubiera
uñas tan afiladitas,
y nunca creí que fuera
Jorge el de esas manecitas.
Todos los días se las lima
y se las cuida muy bien,
y creo que en mi pobre estima
no hallaría igual entre cien.
Pero todo esto lo hace
para poder pellizcar,
para el apuro que me hace
si yo no me he de dejar.