Mi jacal
Cuando ese día muy tempranito
me recogiste en el hospital
y con cuidado muy despacito
nos fuimos juntos para el jacal.
Cuando ese día con gran ternura
llenos de rosas tus brazos vi
y con cariño y con dulzura
dijiste suave, son para ti.
Sentí mi alma vibrar muy fuerte
dio muchos brincos el corazón
y sé que sólo, sólo la muerte
podría robarme esta pasión.