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Van por abierta/No hagas cosas buenas...

Enrique Irazoqui Morales

Finalmente el PRI en Coahuila ha definido su método de selección de candidato a la gubernatura que hoy ocupa el señor Enrique Martínez y Martínez. Se venció pues el plazo el día de ayer y tal y como lo informaba Miguel Arizpe Jiménez, presidente del Comité Directivo Estatal de Coahuila del propio PRI, sus estatutos, específicamente el artículo 182 señala que si no hay reunión formal para que los delegados se reúnan a definir el método de selección, se realizará tal y como lo hicieron en la elección próxima anterior.

Con esto y luego de una evidente decisión del gobernador Martínez de dejar abierto el proceso –es ocioso conocer la opinión del presidente Arizpe sobre un tema que decidió el gobernador- la moneda está en el aire y desde ahora veremos en las calles la lucha interna por la nominación. Sólo que en esta ocasión, después de la experiencia primera y del perfil de los hoy suspirantes, la cosa parece que estará más que candente.

Recordemos pues. Hace seis años, la contienda se centró en tres gallos. Enrique Martínez, a la postre triunfador, el empresario del norte del Estado Jesús María Ramón y del que se podría decir “el último de los mohicanos” laguneros del PRI, Braulio Fernández. “El último mohicano” de la clase priista tradicional de Torreón, porque si bien llevamos ya varios sexenios sin que ningún lagunero ocupe el Palacio Rosa de Saltillo –la gubernatura pues- hoy menos que nunca, algún político de alcurnia de esta región puede siquiera soñar suceder a Martínez. Evidentemente que el supuesto es de los de abolengo político, porque hay dos precandidatos de San Pedro –laguneros por consecuencia-, el secretario de Gobierno Raúl Sifuentes Guerrero y el secretario de Finanzas Javier Guerrero García, son de una reciente horneada que han empezado a batear fuerte en la última década.

Decíamos entonces del desarrollo de la contienda interna del 1999. En aquel entonces, el escenario era diferente. Enrique Martínez y Martínez, estaba enfrentado con el gobernador en turno Rogelio Montemayor Seguy, porque el doctor Montemayor, en 1993, había derrotado a Martínez en la búsqueda del puesto que en este año dejará el aspirino a Los Pinos. Esto en apariencia era una lucha cuesta arriba para Enrique, pero en ese entonces, Montemayor apoyó al empresario y hoy también aspirante y también diputado federal, Jesús María Ramón. Que con mucha lana, pero lejos del oficio político y del equipo de Martínez, vio cómo su cartera enflacaba a paso veloz y aún con el soporte del Gobierno, legitimó en la lucha al triunfador. Habría que decir también, que en esos tiempos el PRI-Gobierno estaba muy desgastado y en Coahuila, las alcaldías principales eran del PAN o sea, el gobernador de aquellos tiempos en ese momento, no era tan poderoso y omnipotente como el actual. A esta historia no hay mucho que agregarle acerca del papel de Braulio, que alejado del corazón polaco del Estado -léase Saltillo- y sin las cantidades de dinero que gastaron en sus respectivas campañas Ramón y Martínez, resultó un mero acompañante, tan es así que fue derrotado hasta en su tierra.

Hoy es otra historia. Para empezar en apariencia no hay candidato del gobernador, lo cual y aunque sea por arribita, abre al posibilidad para que se realizara una lucha democrática (¿existen en el PRI?) ni tampoco algún candidato que no le simpatice al propio mandatario estatal, con lo que se reafirma la tesis.

En estas condiciones, surge una gran oportunidad para Sifuentes Guerrero, que junto al profesor Humberto Moreira, son los más conocedores del campo electoral y de cómo se moviliza la maquinaria electorera priista. Aún más. Sifuentes, que es quizá el más alejado de los empresarios y de las clases acomodadas, es hoy quien puede reafirmar sus sueños. No hay duda que el artífice del triunfo del 99 en La Laguna fue Raúl, de ahí su sólida posición. Moreira seguirá fuerte y en lo suyo, de que es populachero lo es y sabe de política de barrio, así que está firme. Creo que esta decisión ha dejado fuera a Guerrero, que aunque haya demostrado capacidad en el desempeño de sus responsabilidades, ahora la cosa está en la polaca y en la movilización, que aparentemente no es su campo, sólo una clara manifestación de Martínez a su favor podría ungirlo. El senador Alejandro Gutiérrez lleva mucho tiempo trabajando para alcanzar la gloria y tiene dinero, que mucho ayuda.

Están las primeras reglas, veremos quién bajo estas condiciones resulta ganador.

eirazoqui@elsiglodetorreon.com.mx

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