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LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- Un fotógrafo que tomó imágenes eróticas de Cameron Díaz antes de que se volviera famosa, fue acusado ayer de falsificación, intento de robo con agravantes y perjurio, por amenazar con vender las fotografías de la actriz por 3.5 millones de dólares.
El fotógrafo John Rutter, de 42 años, enfrenta hasta seis años en prisión. Su sentencia será emitida el 15 de septiembre.
El juez de la Corte Suprema, Michael E. Pastor estuvo de acuerdo con el vicefiscal David Walgren con que existía el riesgo de que Rutter intentara huir, por lo cual le revocó la fianza de 250 mil dólares y ordenó su detención.
"Es un falsificador. Tiene la capacidad y la motivación para falsificar documentos", dijo Walgren.
El juez pidió a los abogados que determinaran alguna forma de reparar el daño hecho a Díaz, que no estuvo presente en la corte.
Rutter no hizo declaraciones en la corte, pero el abogado defensor Mark Werksman dijo posteriormente que su cliente estaba conmocionado.
"Este es el día más negro en la vida de John Rutter", dijo Werksman, y afirmó que su cliente intentó hacer lo correcto al ofrecerle las fotos a la actriz antes que a nadie.
"Fue una batalla épica entre una persona famosa y rica y un fotógrafo que trabaja muy duro. Intentó hacer lo correcto. Ella movilizó enormes y poderosos intereses en contra", indicó Werksman.
El abogado expresó que su cliente no tenía forma de reparar el daño.
"Es risible esperar que John Rutter pague a Cameron Díaz. Tiemblo al pensar en las cuentas que le pedirá ella", indicó.
El jurado dejó la sala sin hacer comentarios. Las siete mujeres y cinco hombres que lo formaban deliberaron durante cuatro horas antes de presentar su veredicto.
Tanto la actriz como el defendido declararon en el juicio, iniciado el 13 de julio.
Rutter admitió poseer un documento con la firma falsificada de la actriz, dándole derecho a las fotos tomadas hace 11 años, aunque negó haber realizado la falsificación.
Admitió también haberle pedido el pago de 3.5 millones de dólares en un plazo de dos días, o de lo contrario vendería las fotos a quien estuviera interesado.
La actriz tenía 19 años e intentaba colocarse como modelo cuando fueron tomadas las fotos, en 1992. En ellas aparece semidesnuda, con botas de cuero, en actitudes masoquistas con un modelo masculino.