EL SIGLO DE TORREÓN
SAN PEDRO, COAH.- Desde los once años vive en esta ciudad. Hoy tiene 38 años de edad y la mejoría que su padre buscó para familia ha sido lenta y, hasta el momento, las expectativas fueron rebasadas por la realidad.
Jaime Contreras Rosales es originario de Bermejillo. Al terminar la primaria dejó de estudiar para siempre. Su padre no tenía los suficientes recursos económicos para seguir manteniéndolo en la escuela.
Un día, sin pensarlo dos veces, el papá de Jaime se llevó a su familia a San Pedro. El destino lo forjó la existencia de familiares en esta ciudad. Los hermanos de la madre de Jaime vivían allí y les ofrecieron ayuda para encontrar lugar dónde vivir.
Poco a poco, la familia de Jaime fue encontrando su lugar. Él logró conocer a su esposa Margarita y juntos procrearon cinco hijos, tres de los cuales estudian y dos ya están casados. El deseo más grande de Jaime es que sus niños no dejen la escuela.
?Es difícil en estos tiempos llevar una vida sin estudios, porque las oportunidades son menos. Yo no estudié porque ya no había dinero, ésa fue la causa principal, pero creo que yo sí les puedo dar esa oportunidad a mis hijos?.
Desde hace 17 años, Jaime vende nieve de garrafa en la plaza principal de San Pedro. Son 20 litros diarios, antes producía el doble. Hoy gana entre 200 y 300 pesos diarios. Asegura que su trabajo es aburrido.
?No es de flojos vender nieve? dice y se defiende diciendo que es aburrido, ya que tiene que estar desde el mediodía hasta que empieza a oscurecer, esperando a que llegue un cliente. En ocasiones, dice, logra vender sólo 30 pesos en tres horas.
El recuerdo de su pueblo vive en sus añoranzas. Está seguro que el haberse quedado allá, le hubiera dado a él y su familia ?más fuente de vida? que en la ciudad, ya que el ritmo que hay en San Pedro es mucho más rápido que en el rancho.
