El Siglo de Torreón
Matamoros, Coah.- Docenas de flores en espera de ser vendidas para luego adornar una fría y solitaria cripta en el panteón, fue el resultado de una mala venta en el día de los fieles difuntos.
José Guadalupe Pérez Salinas, vendedor de flores, se instaló ayer desde las ocho de la mañana en la esquina de la Plaza de Armas de la ciudad, con ilusión de vender las flores que no se pudieron vender el dos de noviembre.
“Este año fue uno de los más flojos desde hace más de tres, pues antes no se me quedaba ni una sola flor”, dijo el vendedor.
Para la él, la cuestión de que el día de finados haya caído entre semana fue señal de un día malo para las ventas, “además es por la difícil situación por la que él país entero”, comentó.
Es por eso que desde muy temprano, se le vio a José Guadalupe, ofreciendo sus 50 docenas de bombón, 10 más de gladiolas y 10 manojos de nube.
“Si no las vendo cuanto antes, la flor se apaga y muere, razón por la que nos vemos obligados a tirarla, aunque eso nos represente cuantiosas pérdidas”, aseguró Pérez Salinas.
Algunas que sí se logran salvar, se les ofrece a las florerías par que formen parte de sus adornos, “es nuestro último recurso, sino también las que aún están bonitas terminan en la basura”, dijo el vendedor.
Aunque la venta fue regular, José Guadalupe asegura que por lo menos salió el dinero que se invirtió, “las flores las traemos desde la Ciudad de México excepto la bombón esa la traemos desde Camargo, Chihuahua, y nos representa un gasto de aproximadamente 15 mil pesos, pero aunque no registraron las ventas que se esperaban, obtuvimos ganancias luego de haber pagado lo que invertimos”, comentó José Guadalupe.
El vendedor de flores, como suele llamarse sólo los dos primeros días del mes de noviembre, comentó que el resto del año se dedica a hacer ricos a otros, es decir vendiendo billetes de lotería, “nada más en esos día vendemos flores mi padre y yo luego vendemos cachitos de lotería”, finalizó.
Introducen bebidas embriagantes
Juan Manuel Arguijo López, administrador del panteón, reconoció que una vez que el sol cayó, la mayoría de los visitantes comenzó a meter bebidas embriagantes al lugar, a pesar de que estaba estrictamente prohibido hacerlo.
“La gente hacía caso omiso a nuestro llamado, diciéndonos que quiénes éramos nosotros para decirles qué hacer y que no”, dijo.
Además atribuyó a la corrupción de los elementos policiacos a que la gente entrara con las cervezas o peor aun que se las tomaran en los alrededores debajo de los árboles, “nada más la gente los arreglaba y no había problema”, aseguró el administrador.
Los pasos a seguir
Después del día de muertos para los vendedores de flores sigue:
- En caso de que hayan quedado flores, hay que ofrecerlas con un precio más barato.
- Si no se venden las últimas, hay que ofrecerlas a las florerías, sino hay que tirarlas.
- Necesitan conseguir un nuevo empleo o continuar en el que estaban.
Fuente: Investigación de El Siglo de Torreón
