San José, (EFE).- Científicos de la Universidad Nacional (UNA) de Costa Rica estudian la posibilidad de que el veneno de la serpiente terciopelo pueda eliminar el mal de Chagas en humanos, tras realizar algunas pruebas con éxito en ratones.
Rodrigo Zeledón, investigador del laboratorio de Zoonosis de la UNA, explicó en un comunicado que se ha aplicado veneno de la terciopelo en ínfimas cantidades a ratones infectados con el mal de Chagas con resultados "estupendos".
Según Zeledón, la aplicación de un microgramo del veneno por mililitro de sangre causó la desaparición total del parásito que transmite el mal, y por ser una cantidad muy pequeña, la acción tóxica del veneno no se activó en los roedores.
"Ya tenemos un indicio de que el veneno mata al triponosoma crusi (parásito que transmite el mal). Le desagrega totalmente el aparato mitocondrial al parásito, bloqueándole la capacidad de producir energía y matándolo de forma fácil", afirmó el científico.
El experto, quien está a cargo del proyecto "Chagas Space" en la UNA, agregó que el veneno tarda entre tres y cuatro horas en matar el parásito, según los experimentos llevados a cabo.
Después de este descubrimiento los científicos se han dedicado a determinar la cito toxicidad de la sustancia, es decir hasta qué punto el veneno de la serpiente, en bajas concentraciones, podría ser nocivo para las células humanas.
El mal de Chagas es transmitido por el parásito triponosoma crusi, que ingresa al organismo de las personas por medio de la orina de un insecto llamado "chinche" o vinchuca.
Una vez dentro del cuerpo, el parásito busca alojarse en órganos vitales sin producir síntomas.
Cuando el parásito se introduce en el cuerpo humano, y tras un corto período en el que es visible en la sangre, invade los tejidos del organismo y provoca daños irreversibles en el corazón, esófago, colon y sistema nervioso.
Las personas que portan la enfermedad no presentan síntomas hasta diez o veinte años después de haber recibido la picadura del insecto, por lo que la enfermedad es muy difícil de detectar y causa la muerte en la mayoría de los casos.
Aproximadamente 18 millones de personas están afectadas por el mal de Chagas en América, y unos cien viven en áreas endémicas de presencia del vector, y por lo tanto están en riesgo de contraer la enfermedad.