Sin importar que perdió la vista en el ejercicio de su actividad como bombero, la vocación de servicio ha caracterizado a Francisco Cisneros Valdespino, al igual que a su familia, pues su padre fue policía, su hermano mayor pertenece a la Dirección Municipal de Protección Civil, y sus dos hijo mayores actualmente son voluntarios en la misma corporación.
Francisco Cisneros Valdespino desde hace 11 años pertenece al honorable cuerpo de bomberos, desde joven acompañaba a su hermano, quien ya pertenecía a la Dirección de Protección Civil, y de ahí nace la inquietud de ser un bombero.
?Desde niño, le llevaba el ?lonche? a mi papá y pasaba por la estación de bomberos y siempre quise servir a la comunidad, mi familia me apoyó en todo momento para que siguiera mi vocación, pues todos se caracterizan por ayudar a la demás gente?, señaló Francisco.
Aunque el trabajo es riesgoso, es una actividad que deja muchas satisfacciones, comentó Francisco, ayudamos a prevenir accidentes, hacemos cosas que le corresponden a otras dependencias, como destapar alcantarillas, auxiliar médicamente a los lesionados, entre otras, lo importante es que mientras podamos auxiliar a una persona es algo muy bueno.
Indicó que durante su trayectoria como bombero, ha tenido muchos momentos agradables, ?le hemos salvado la vida a muchas personas, así como sus casas y pertenecías?.
Sin embargo, también le han pasado muchas cosas desagradables a Francisco en el tiempo que tiene como bombero, narró ?en 1999, sufrí una volcadura en el camión, íbamos a la central ubicada en la Ciudad Industrial y cuando pasamos por la vía del ferrocarril, no nos percatamos de la proximidad del tren y nos golpeó, provocando el accidente?.
?Perdí el conocimiento por algunos momentos, ya cuando reaccioné estaba atrapado entre las laminas del camión?, comentó.
Perdió la vista
?En ese mismo año, sufrí una quemadura en el rostro, estaba dentro del lugar incendiado, en el aserradero ?Acereros?, el humo no me dejó encontrar la salida y la radiación del fuego me quemó la cara, perdiendo prácticamente el sentido de la vista a raíz de ese percance?.
Ahora Francisco apoya a sus compañeros en la cabina de radio, pues con la debilidad visual que padece, no puede desempeñar otro tipo de trabajo, aún así batalla en escribir rápido cuando llegan reportes de algún incendio o emergencia ciudadana, señaló Francisco.
?Aun que ya estoy pensionado, me gusta venir a trabajar y convivo mucho con mis compañeros, existe buena relación y tengo apoyo de parte de ellos, amabilidad y atención?, agregó.
Francisco, quien cuanta con 35 años de edad, está casado con Beatriz Nevárez y tiene tres hijos; Alberto, Manuel y Bibiana Aidé, considera que existe una buna relación con su familia, y respetan su trabajo, pues sus dos hijos desde antes de cumplir la mayoría de edad, entraron a la corporación como voluntarios.
Considera que el salario de los bomberos no es el que se merece por realizar un trabajo de alto riesgo, pero las ganas de servir a la gente compensa un poco lo recibido.