Durante la reunión celebrada entre industriales laguneros, legisladores y el representante de la empresa Sempra Energy que distribuye en La Laguna el gas natural a través de su filial Ecogas, con el representante de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), Raúl Monteforte, el servidor público dio la impresión de parcialidad al defender el incremento autorizado y “regañar” a los legisladores, Eduardo Olmos y Alejandro Gutiérrez. El diputado y el senador –priistas- no se dieron por aludidos, niegan que el asunto sea un mero botín político y anuncian que seguirán en una lucha que se antoja perdida. En fin, mientras son dimes y diretes, los ciudadanos pagan de su bolsillo el costo de los desencuentros, malos entendidos y hasta decisiones injustas.
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Sin duda que el tema de las alzas a las tarifas de gas natural ha servido para que algunos políticos lleven agua a su molino. Así el aspirante a la gubernatura de Coahuila, Chuy María Ramón, inmediatamente se subió al “ring”. Convocó a rueda de prensa y dijo que pelearía con todo para que le fuera retirada la concesión a Ecogas; pero ya entrado en gastos, aprovechó la tribuna para hablar de sus aspiraciones y pedir al PRI una contienda interna justa. Algo parecido sucedió con Sergio Uribe, diputado local de Durango que aprovechó la tangente para presentar un punto de acuerdo contra las nuevas tarifas. A ambos habría que preguntarles la razón de este súbito compromiso social... dos semanas después.
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Sin quererle echar más “sal a la herida”, como dijo Rosario Castro Lozano, alcaldesa de Lerdo, llama la atención que haya sido excluida de una reunión tan importante como fue “Por una Laguna Segura”. Dicen que cuando la edil llamó a Hugo Armando Reséndiz Martínez, subprocurador de Justicia en la Región Lagunera de Durango para preguntarle qué había pasado con su invitación, el funcionario se quedó mudo y no supo qué responderle. La alcaldesa le reclamó hasta al gobernador, Ismael Hernández Deras, que no la hayan invitado a la reunión. Algunos dicen que el enojo de Rosario Castro Lozano fue porque esta vez no tuvo oportunidad de figurar en los medios de comunicación; otros porque realmente en Lerdo hay graves problemas en torno al crecimiento del “narcomenudeo” y los principales afectados son los niños. Cualquiera que haya sido el motivo, esperemos que esto no represente el principio de un distanciamiento entre el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento de Lerdo, porque los perjudicados serán los ciudadanos.
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Y ya que hablamos del tema de seguridad: ¿sabe usted cuál es el único alcalde de La Laguna que trae además de su chofer, “guaruras”? Octaviano Rendón, quien tiene como jefe de seguridad a un joven apodado “John”. Lo paradójico del asunto es que el alcalde no acepta de buena gana las críticas del sector empresarial que mencionan a Gómez Palacio como una ciudad insegura. Entonces si es tan segura como el presidente municipal afirma, ¿por qué no da un paso si no es rodeado de su equipo de seguridad? Ahí se la dejamos de tarea.
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Al parecer el alcalde de Matamoros, Felipe Medina Cervantes, padece una enfermedad similar a la del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador. En reciente entrevista concedida a este medio de comunicación, el munícipe se concretó a meter en el mismo saco todos los señalamientos que en contra de su administración han lanzado regidores, grupos políticos, ciudadanos y diputados locales. Medina dice que todas las críticas, sin excepción, no son sino el reflejo de las maniobras de sus adversarios políticos que le quieren hacer imposible la vida —incluso hasta verlo muerto—por el hecho de haber llegado a “implantar la democracia en Matamoros y haberles quitado el pan de la boca a sus enemigos”. Sólo le falta gritar que todo es un complot en su contra para bloquearle su camino a la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado en el próximo sexenio y podremos decir: “peje de petatiux habemus”.
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A las malas nuevas, buena cara, o al menos eso piensan decenas de laguneros que resignados tienen que apechugar con el desmedido incremento en el Impuesto Predial. Unos dicen que lo único que hicieron fue techar el área del lavadero y la fotografía aérea proyectó la imagen como si fuera un nuevo cuarto cuando era simple lámina. Otros afirman que se les ocurrió proteger al perro del sol y con cartones improvisaron un rincón que apareció como nuevos metros construidos y así por el estilo, todo por no molestarse en hacer revisiones físicas y notificar los resultados como lo dice la Ley. En año electoral, esto podría traer consecuencias desagradables para la causa albiazul, pero por lo pronto les traerá dinero.