El lunes pasado estuvo en esta ciudad el gobernador Enrique Martínez y presidió dos eventos. En el primero se colocó la primera piedra de lo que será el edificio de la Procuraduría de Justicia allá por el rumbo del periférico, con lo que se concretará un viejo anhelo de los torreonenses, pues las actuales oficinas de la Procu son insuficientes, lúgubres y deprimentes. En ese evento, don Quique le echó porras al procurador Óscar Calderón y no faltaron quienes interpretaran sus palabras como un espaldarazo para que éste busque la candidatura a la alcaldía de Torreón, pues dicen los que afirman saber, que a Calderón le late fuerte el corazón cuando le mencionan esa posibilidad, la que entre otras cosas le permitiría seguir cobrando en la sagrada nómina al cambiar el Gobierno estatal. En el otro evento que se realizó en Ciudad Universitaria, al que ?apapachó? el gobe fue al secre Raúl Sifuentes, que fue quien habló a nombre del Ejecutivo y los que lo escucharon sostienen que se aventó un discurso tan encendido y conceptuoso que parecía que ya era el candidato del PRI a la gubernatura (brincos diera). Además, los asistentes le aplaudieron harto, (tal vez por aquello de ?no te entumas?), lo que llenó de emoción al secretario que ya se le hace largo el tiempo para separarse del cargo y dedicarse de lleno a la grilla para ver si logra su sueño de bajar del segundo piso del Palacio Rosa para sentarse en la silla grande que está en el primero. En fin, en esos eventos el gobernador Martínez les dio ?gas? a los mencionados y él se dejó querer por los asistentes, así que todos salieron de los mismos tutti contenti.
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Un extraño fenómeno se comienza a presentar al interior del Partido Revolucionario Institucional. Resulta que cientos de militantes en todo el estado de Coahuila que habían estado comprometidos con dos de los precandidatos a la gubernatura, Humberto Moreira y Raúl Sifuentes, han empezado a recular (así se dice). No es que estos priistas estén traicionando a ambos personajes, sino que cobra cada vez más fuerza el rumor de que ninguno de los dos logre el éxito en la contienda interna del Tricolor y por ello se han ido a buscar al resto de los calefactos, no con el propósito, dicen ellos de sumarse a sus respectivos proyectos, sino para escuchar sus propuestas y en su momento tomar la decisión sin tener adquirido compromiso alguno.
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Por cierto, a quienes se les cayó la cara, tal vez de dolor o desilusión, fue a Humberto Moreira Valdés y al diputado maquilador Jesús María Ramón Valdés, cuando durante la tan mencionada comida que los ?calefactos? tuvieron hace unas semanas con el gobernador Enrique Martínez, éste les advirtió que si bien la convocatoria para la contienda interna en Coahuila vendrá del Comité Ejecutivo Nacional, en ella una de las cosas que menos ponderación tendrá será el asunto de las encuestas, es decir, de la medición de los índices de popularidad. Y es que precisamente tanto Chuy María como ?Cumbierto? le han estado apostando a sus niveles de popularidad para asegurar a sus equipos de trabajo, que serán los elegidos para convertirse en candidatos del Tricolor a la contienda constitucional. Ahí el gobe les habrá advertido que entre los requisitos que en su momento deberán reunir se encuentran, sobre todo, su trayectoria, los resultados en otros cargos públicos, su experiencia y también la opinión que sobre cada uno de ellos tengan los diferentes sectores que conforman el partido.
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Mala fue esta semana para el alcalde panista de la industriosa Ramos Arizpe, Ernesto Saro. Primero surgió la sospecha en torno a que estaría utilizando la información que tiene en su calidad de presidente municipal para desarrollar con éxito una transacción personal con algunos terrenos y luego un tribunal laboral le informó que está obligado a pagar 6.2 millones de pesos a veintidós ex trabajadores del Ayuntamiento despedidos de manera injustificada hace un par de años. Lo malo es que Saro había estado cuidando todos y cada uno de sus movimientos para aparecer ante la opinión pública como uno de los alcaldes de Coahuila más eficientes, trabajadores y honestos, pues parte de su estrategia política es guardar una imagen intachable, -aunque con lo ocurrido ya no lo consiguió- para en determinado momento surgir enmedio de la batalla que seguramente protagonizarán Jorge Zermeño y Juan Antonio García Villa cuando llegue el momento de disputarse la candidatura del PAN para gobernador.
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La que dicen anda como la ?Zarzamora?, llora que llora, es la diputada Laurita Reyes Retana, pero no es por el gris desempeño que ha tenido entre los diputados coahuilenses en la Cámara de Barbajanes, perdón, de Diputados, sino porque aseguran que ya de plano le dijeron que no será ella la candidata del PRI a la presidencia municipal. De entrada es de las peor posicionadas en las listas de popularidad, mucho más abajo que Gabriel Calvillo, Arturo Gilio, Carlos Román Cepeda, Mario Valdez y hasta el mismo procu Óscar Calderón que supuestamente anda que se le ?cuecen las habas? porque algún reportero le pregunte que si la quiere, para decir con pasión arrolladora: Sííiíiíiíiíií.
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Y vaya que es grande la pifia cometida en el Simas con eso de la llamada ?línea morada? que tiene dos meses suspendida en los trabajos y no se tiene fecha para cuándo construirla, con lo que están en juego los diez millones de pesos que representa la inversión, que son parte del crédito por setenta y cuatro y medio millones de pesillos solicitado por la paramunicipal con el aval del municipio y el permiso del Congreso del Estado. El error se atribuye a Fernando Alatorre y al gerente de Saneamiento, Martín Alcántara Iniesta, porque supuestamente fue éste el que acordó con Cemex y con Caleras de La Laguna que les venderían agua tratada, inclusive supuestamente estas empresas se comprometieron a construir las redes, pero luego Simas determinó hacerlas y cobrarlas a éstas con elevados recibos por saneamiento para recuperar la inversión, pero este ?proyecto guajiro? no se hizo sobre algo formal y sólo quedó en la imaginación de estos dos funcionarios que ahora están morados del susto como la famosa línea conductora de aguas grises.
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Los problemas continúan en las sesiones de Cabildo de Lerdo. Las diferencias entre Rosario Castro Lozano, alcaldesa y la fracción del Partido Revolucionario Institucional, se acentúan. Juan Manuel Rodríguez Santacruz, regidor del Ayuntamiento, le reclamó a la presidenta municipal que esté utilizando el programa del Seguro Popular, para reforzar los liderazgos del Partido Acción Nacional , en el área urbana y rural. La alcaldesa le dijo al regidor que si no tenía nada mejor qué decir que estar descalificando los programas, mejor pasaran a otro asunto, ignorando con esto la queja y de paso le advirtió que con o sin el apoyo de los priistas, el Seguro Popular continuará en Lerdo.
