Los observadores políticos coinciden en los calificativos que pueden aplicarse a lo que está sucediendo en el proceso interno del PRI para la selección de candidato a la gubernatura: confusión, candidatura de unidad y riesgo. Afirman que existe confusión porque todos los calefactos: Humberto Moreira, Raúl Sifuentes, Javier Guerrero, Alejandro Gutiérrez y Miguel Arizpe, en mayor o menor grado se están dando hasta con la cacerola, sin que el gobe Enrique Martínez se decida siquiera a poner orden, lo que trae a los sectores del partido vueltos locos. De ahí que se considere que éste debe aplicarse rápido y pronto a enderezar el rumbo del barco con un golpe de timón que se traduzca en una candidatura de unidad a favor de quien tenga, entre los priistas, mayores posibilidades de ganar la elección constitucional. Aún así, esos observadores consideran que si la candidatura de unidad se construye artificialmente, el riesgo de perder la elección es alto, porque las heridas entre los pretensos son tales que pasaron de los rasguños (que pueden curarse fácilmente) a las puñaladas profundas con cuchillo mellado que no sanan en corto tiempo.
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El lunes pasado, después que lo autorizó el cabildo a separarse del cargo, Humberto Moreira tuvo una comida allá en Saltillo con operadores políticos de todo el estado y simpatizantes de esa capital peronera. Casi mil quinientas personas acudieron al ágape en la casa del ahora alcalde con licencia (a la gorra no hay quien le corra). Por ahí se vieron lo mismo a diputados federales, como Óscar Pimentel, que trae una guerra cerrada con las gentes de Raúl Sifuentes, que a alcaldes panistas como el de Parras, Evaristo Madero y a ex alcaldes, líderes magisteriales, funcionarios municipales de todos los ayuntamientos del estado, diputados locales y hasta un magistrado del Tribual Superior. En su intervención Moreira agradeció todas las muestras de apoyo y de manera especial destacó la ayuda que recibió del gobernador Enrique Martínez. Mesa por mesa pasó a saludar a todos los presentes, como buen político saludador que es. Dicen sus allegados que Moreira va por todas las canicas y lejos de sumarse a alguno de los otros precandidatos lo que está buscando es que se sumen a él, porque es el que tiene las más altas preferencias entre los electores y de paso la del elector mayor. Esta decisión de Moreira lejos de clarificar el panorama lo oscurece aún más si se toma en cuenta que ahora destinará las veinticuatro horas del día a la grilla y la pelea por la nominación, lo que sin remedio augura enfrentamientos con los demás suspirantes y de manera especial con Raúl Sifuentes, quien a su vez está dispuesto a morirse en la raya, a menos que el Tribunal Electoral Federal se lo ?eche? antes poniéndolo fuera del juego sucesorio apegándose a los mentados estatutos priistas.
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La clase política de la capital peronera se encuentra sumamente preocupada por el estado anímico en que se pudiera encontrar el ex secretario de Gobierno, Raúl Sifuentes, quien en los últimos días ha demostrado claros síntomas de desesperación política, ante la eventualidad que se confirme su imposibilidad legal para participar en el proceso donde el PRI elegirá candidato a la gubernatura. La desesperación de Sifuentes lo ha llevado a pelearse no sólo con sus críticos, sino con todo aquel que piense diferente a él y quien no acepte sumarse a su proyecto político. Prueba de ello es no sólo el conflicto legaloide protagonizado por Sifuentes en torno a los estatutos de su propio partido, sino también la ola de denuncias penales que ha interpuesto. El diputado local Gregorio Contreras Pacheco alertó a la ciudadanía sobre el riesgo que los políticos estén siendo financiados por el narco y eso le valió una demanda de Sifuentes. Luego hizo lo mismo el diputado federal Óscar Pimentel González y también se va a tener que enfrentar a la justicia ante una demanda que Sifuentes tramitará en su contra. En fin, tal vez la desesperación del político lagunero estribe en que no va a poder cumplir con todos y cada uno de los compromisos que se ha echado encima con sus patrocinadores, ya que fuentes cercanas al Trife aseguran que la máxima corte electoral en el país dejará en pie la decisión del PRI de lanzar una convocatoria con candados, lo cual dejaría automáticamente a Sifuentes como a la Zarzamora, fuera de la contienda interna y llora que llora por los rincones.
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Por cierto en la moda de las demandas el procurador de Coahuila, Óscar Calderón Sánchez, se ha vuelto muy olvidadizo. A los medios de Saltillo les informó sobre una denuncia penal interpuesta contra el ex secretario de Finanzas y aspirante a la gubernatura, Javier Guerrero por mal uso de recursos públicos. Al preguntarle los reporteros de la fuente quién la había interpuesto, el procurador simplemente respondió que no recordaba el nombre, ¡ah que don Óscar tan olvidadizo!
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Si alguien pensó haberlo visto todo en la actual telenovela político-electoral que se filma en Coahuila y cuyos protagonistas son los políticos, estaba equivocado. Y es que aunque parezca una broma, resulta que Humberto Moreira Valdés dejó la Presidencia Municipal de Saltillo para buscar la candidatura a gobernador por el PRI, pero mientras llegan los tiempos consiguió un contrato como comentarista político con una televisora local. Sí, es cierto, Moreira saldrá al aire en dos espacios: durante la mañana y posteriormente a mediodía. Lo interesante del caso es que el interés de Moreira y de la televisora no es precisamente difundir acertados comentarios y sesudos análisis del alcalde con licencia, sino mantener su rostro y su voz (como si estuviera tan bonito) en el ánimo de los coahuilenses. Moreira al abandonar la alcaldía, ya no puede meter las manos en el monedero de los saltillenses y utilizar los recursos públicos para promocionar su imagen y no cabe duda que por extraña y cómica que parezca, ésta es una estrategia para conseguir evitar que su popularidad se venga abajo por la falta de promoción. Por cierto, el Congreso Estatal aprobó ayer la solicitud de licencia para separarse del cargo que presentó Moreira y aunque con problemas ante la oposición del PAN, el bloque mayoritario del PRI, con la ayuda del PRD, sacó adelante la designación del tesorero Ismael Ramos como alcalde sustituto.
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Cuentan nuestros sub agentes infiltrados en el PAN, que la idea de hacer candidato a Chuy María Ramón es de Juan Antonio García Villa, ya que es tal su encono contra don Jorge Zermeño que no lo desea ver como candidato a la gubernatura por temor a enfermar de espantosa rabieta. Por cierto, los mismos sub agentes nos cuentan que al interior del PAN comienza a moverse la figura de un tercero para competir la candidatura por la alcaldía de Torreón, porque después del espectáculo que dieron los diputados José Ángel Pérez y Jesús de León Tello, los panistas están considerando la posibilidad de elegir a otra persona menos quemada en cuestión de imagen y que represente menos riesgos por aquello del 107.
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No cabe duda que el gobernador, Ismael Hernández Deras, no ha mejorado en nada su puntualidad. Ya es una costumbre que como diva cinematográfica, llegue tarde a sus eventos. En la gira de ayer no fue la excepción; por las prisas, el alcalde Octaviano Rendón Arce se vio obligado a hacer una maniobra indebida mientras circulaban por el crucero inteligente, confiado en que sus agentes de Tránsito no se atreverían a infraccionarlo ni a darle una ?mordida?. Algunos podrán pensar que se exagera al criticar la impuntualidad del gobernador, pero basta con hacer la pequeña deducción que con sus tardanzas obliga a que muchas personas se retrasen también en sus actividades, como es el caso de las personas que son citadas (acarreadas) a sus eventos. Por ejemplo, en la colonia Leticia Herrera algunos vecinos se quejaron porque tardó mucho en entregar las escrituras que finalmente ellos pagaron, mucho o poco, pero las pagaron y fueron obligados con un calor de pronóstico reservado, a esperar por casi tres horas para recibir el título de propiedad de su jacalito. Hay que esperar para ver si el gober como dice su lema de Gobierno, hace un esfuerzo por llegar puntual a sus citas y evita los trastornos que provoca con sus llegadas tarde a los eventos a los que acude.
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Por cierto que a don Ismael ya se le está haciendo costumbre darle larga a los problemas de su administración. Cada vez que viene se le cuestiona sobre el problema de los taxis, sobre la creación de un cuerpo élite de la recién creada secretaría de Seguridad y siempre responde lo mismo: ?momentito para cambiar carbones?. A este tenor hay que agregarle el tema de la casa de Gobierno que prometió durante su campaña instalar en Gómez Palacio y que a punto de cumplir un año de gestión no se ve claro.
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En el Ayuntamiento de Lerdo, la totalidad de los servidores públicos esperan la disculpa pública que el diputado local, Carlos Aguilera, ofrezca a la alcaldesa, Rosario Castro Lozano, luego que el legislador se refiriera a la edil en un lenguaje ofensivo. Desde el incidente, el pasado jueves, al diputado parece que se lo tragó la tierra, pues no se le ha visto por el Congreso del Estado de Durango y aunque él asegura que está en Lerdo, en el municipio tampoco se le ha encontrado. Por lo pronto, en la casa de gestoría de Aguilera ya comenzaron a quitar los carteles que todavía guardaban de su campaña y según dicen algunos ediles del PRI, quedará cerrada en los próximos días.
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Durante su breve visita por La Laguna, el senador Carlos Rojas Gutiérrez no desaprovechó la oportunidad y se lanzó no sólo contra los integrantes del Tucom (Todos Unidos Contra Madrazo), sino contra el presidente de su partido (el PRI), Roberto Madrazo, el presidente Fox y de paso le tocó hasta Raúl Sifuentes Guerrero. De los dos primeros destacó que nada efectivo han dicho sobre un proyecto viable para el país y sólo reflejan sus aspiraciones personales, pero no hablan de lo que México necesita para salir adelante y dejar atrás ?Foxilandia?, un país irreal. Hizo alusión también a Sifuentes Guerrero al señalar que cualquier persona que entra en un partido, debe conocer las reglas, los principios y los estatutos del instituto político, en este caso del PRI, de tal manera que no puede quejarse que no le hayan dado las ?llaves de los candados? que lo traen loquito.
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El que anda que se va y no se va es Emilio Bichara Marcos, alcalde de San Pedro. Y no es que tenga dudas entre decidir si continúa en su puesto o lo deja para ir en busca de una diputación local. Según se dice por los pasillos de la Presidencia Municipal, lo que pretende el edil es estar hasta el último día que le sea posible en su cargo para tener dinero y promocionar su imagen. Se dice que en la próxima sesión de cabildo, el alcalde pedirá por fin licencia, pero será para ausentarse hasta mediados de julio. De todas maneras al joven Bichara Marcos es prácticamente imposible localizarlo en su oficina, así que no habrá mucha diferencia si tiene o no el permiso, porque se pasa la chamba por el ?arco del triunfo?.
