Dicen las lenguas de doble filo que quien resulte ganador en la contienda priista de mañana domingo caminará por un sendero cómodo, casi libre de obstáculos, para convertirse en el próximo gobernador y que por eso se disputa con tanta pasión. Como se sabe, son cuatro los precandidatos a la candidatura, pero de acuerdo con diferentes resúmenes del trabajo proselitista que durante la última semana desarrollaron los calefactos, las apuestas parecen estar hoy divididas entre dos: Humberto Moreira Valdés y Javier Guerrero García. El primero le ha echado toda la carne al asador a una campaña de posicionamiento en los medios de comunicación; son sobradas las críticas en su contra ante el gasto exagerado de recursos económicos a fin de adentrarse en el corazón de los posibles electores. La estrategia del segundo ha sido totalmente distinta, pues le ha apostado más al lanzamiento de propuestas, aunque ha batallado para entrar a los medios, sobre todo electrónicos.
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Las mismas lenguas viperinas sostienen que los otros dos precandidatos ya no tienen mucho por hacer. Los que aseguran saber dónde hacen su nido las guilotas, dicen que Alejandro Gutiérrez, con todo y su alianza con Raúl Sifuentes, quedará alejado de los dos primeros lugares. Y es que la negociación de ?La Coneja? con ?La Burbuja? llegó tarde, pues apenas se supo que el Tribunal Estatal Electoral falló en contra de Sifuentes y el equipo de este último se desgajó casi por completo. Por cierto, con esta alianza se cumple la maquiavélica premisa de que en la política no importan los medios, sólo el fin: mientras estuvo en la contienda Raúl Sifuentes, Alejandro Gutiérrez criticó el derroche de recursos, pero hoy el senador con licencia no tiene empacho en abrazar a la ?Ola Verde?, lo que podría dejarlo mal parado entre los puristas y aquellos que están a la caza de las incongruencias de nuestros políticos. Así es esto de la grilla.
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Por cierto que en la inauguración de la Conferencia de Gobernadores, Guillermo Anaya andaba muy nervioso y no precisamente por conocer a Arnold Schawarzenegger, sino por saber si Raúl Sifuentes buscaría la alcaldía de Torreón. Y es que don Memo no quiere arriesgar a su protegido Jesús de León Tello. Teme que la ?Ola Verde? de Sifuentes ahogue al ?Niño Azul?, así que la indecisión del ?Burbujo mayor?, que sí va por Torreón o por Saltillo, le ha quitado el sueño a don Guillermo y producido frías sudoraciones.
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Muchos de los principales operadores políticos en el estado se repartieron entre Moreira y Guerrero, aunque el segundo fue precavido en no aceptar a cualquiera, por aquello de la fama que cargan muchos sifuentistas. Y en este mar picado de incertidumbre, golpes bajos y mensajes cifrados en los aspirantes y sus respectivos grupos, hay quién cuestiona los términos en que se dio la presunta negociación entre el gobe don Quique y Raúl Sifuentes: como que asegurarle una alcaldía y permitir que un cuarto para las doce se sacuda de nuevo el escenario estatal, resulta excesivo sólo para que no le fuera a organizar un escándalo ante los gobernadores fronterizos, lo que no cabe duda hubiera estado muy feo, máxime cuando en anfitrión aspira y suspira por llegar a la Presidencia de la República.
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Ya van adquiriendo sentido las declaraciones del aspirino a la presidencia municipal de Torreón por el PRI, Eduardo Olmos Castro, cuando en rueda de prensa subrayó que la alcaldía de esta ciudad no es un premio de consolación, sino un cargo que hay que ganarse y advirtió que él ha trabajado por este puesto por más de dos años. Obviamente el diputado con licencia sabía de la posibilidad de que Raúl Sifuentes Guerrero se viera obligado a declinar en su búsqueda por la candidatura a la gubernatura y le tirara a una alcaldía, por lo que Eduardo Olmos no perdió tiempo y de inmediato, pintó su raya, aunque queda la posibilidad de que le pinten un violín.
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Este lunes el diputado local, Fernando de la Fuente Villarreal, podría solicitar y conseguir su permiso para abandonar la curul y registrarse en la misma fecha como precandidato a la alcaldía de Monclova. Apenas se deslindó de ?La Burbuja?, las cosas marcharon bien para el coordinador de la Comisión de Desarrollo Social, al grado de que muchos de sus seguidores, que lo han dejado solo en su incursión por la ?Ola Verde?, le pusieron a escuchar el canto de las sirenas y lo reposicionaron de inmediato hasta conseguir que en este momento es el perfil mejor plantado para contender por la presidencia municipal de aquella ciudad. Además Fernando de la Fuente ya fue alcalde de su terruño y de alguna manera le sabe a este asunto de la política y el gobierno.
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Ahora resulta que la presidenta municipal, Rosario Castro Lozano, no contaba con ningún antecedente sobre Isaías Castillo Luna, ex comandante de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) de Lerdo y a quien según una publicación a nivel nacional, se le vincula con el narcotráfico y encima con el Cártel de Ciudad Juárez. Entre los funcionarios nadie le cree a la alcaldesa cuando dice que el ex comandante es una blanca paloma, pues de todos es sabido que Castillo Luna fue cesado de la corporación en Gómez Palacio durante la administración de Leticia Herrera, por falta de confianza y presuntos nexos con el narco. Por su parte, Isaías Castillo no ha perdido tiempo y ha procurado desviar la atención hacia una presunta confrontación con regidores, a pesar de que los datos que le acusan no provienen del Cabildo sino de la Procuraduría General de la República (PGR).
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Y la alcaldesa, Rosario Castro Lozano, dice que no tiene guardaespaldas, así que ese hombre moreno y robusto que la acompaña a todas sus actividades, giras de trabajo, ?Miércoles de Todos?, visitas del gobernador, es sólo su chofer y no su guarura, encargado de conducir la camioneta presidencial y no de la seguridad de la presidenta, aún cuando suele estar muy al pendiente de las personas que se le acercan y no la pierde de vista ni por un segundo. Dicen los que dicen saber que es su ?Nico?, porque ?apoco nomás el Peje puede?. Habría que ver la nómina para saber cuánto le pagan como chofer.
