Dicen las malas lenguas, esas que nunca faltan en tiempos de campaña, que Humberto Moreira Valdés (Cumbierto para los cuates, y el profe cumbianchero, para los no tanto) está preocupado por Torreón, y no precisamente por los programas y acciones de trabajo que ofrecerá a los laguneros, sino por que esta es la plaza política de Coahuila donde tiene menos popularidad o lo que es lo mismo, donde menos lo quiere la gente.
Pero además de aquí es su principal adversario, el panista Jorge Zermeño Infante y, por si fuera poco, en Torreón y la Comarca Lagunera es donde la gente razona más su voto, es decir, no se dejan ir tanto por quien baila mejor, sino por aquel que tiene las mejores propuestas, antecedentes y otra serie de cualidades políticas.
Son estas razones las que obligan al candidato del PRI a gobernador a estar preocupado y a dar un vuelco en su estrategia política a fin de obtener los mejores resultados posibles. Tal vez por ello Moreira le pidió a Salvador Hernández Puente asentarse de inmediato en Torreón con el propósito de hacerse cargo de la coordinación general de las campañas electorales tanto de Eduardo Olmos como candidato a la alcaldía, como de los cinco aspirantes a diputados locales por los distritos con sede en esta ciudad.
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Los que esperaban carnaval dicen que las campañas políticas de los candidatos a la gubernatura no prenden, están muy grises y muy pocos saben de los candidatos de todos los partidos políticos. Y es que sobre esto existe un factor muy importante, como lo es el hecho de que todos los candidatos tienen muy pocos recursos económicos para promoverse, sobre todo, en los medios electrónicos. De hecho, como parte de la estrategia de austeridad, la dirigencia estatal del PRI ordenó a sus candidatos a gobernador, diputados locales y alcaldes que hagan uso de las instalaciones del partido en todo el estado a fin de que eviten montar las ya desaparecidas casas de campaña.
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Por cierto, ¿quién será el asesor que convenció al candidato del PAN a la gubernatura, Jorge Zermeño, para que mandara hacer los jingles a ritmo de cumbia? Con la música de la canción “Mi dulce niña” y cantada por el grupo “Cumbia King’s”, Zermeño promociona su nombre, pero al hacerlo se incurre en dos contradicciones. Una, que el de las cumbias y el populacho es el candidato del PRI, Humberto Moreira y no Zermeño. Y dos, que la promoción al estilo cumbianchero no va con la imagen de éste, a quien se le reconoce por su seriedad y sobriedad en el actuar. ¿Será acaso que tarde se dieron cuenta los sesudos asesores que la mayoría de los votos están entre las clases populares y no entre la “gente de bien”? ¿O tal vez será que Zermeño va a cambiar de estilo y ahora aprenderá a bailar las colombianas? Veremos.
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El que de plano no da una es el recién desempapelado secretario de Gobierno, Abraham Cepeda Izaguirre, quien más que atender con responsabilidad la dependencia, se la pasa como niño con juguete nuevo recién regalado por papá Enrique Martínez. Dicen los subagentes que se mantienen en guardia permanente en las instalaciones de Palacio de Gobierno que don Abraham llega a sus oficinas por ahí de las 11:00 de la mañana y apenas dan las 3:00 de la tarde y sale en su camioneta del estacionamiento subterráneo a donde sólo tienen acceso los notables. Luego Cepeda se va a comer a un pequeño restaurancito -que no por pequeño deja de ser lujoso y caro- ubicado sobre el bulevar Carranza de la peronera capital y ya entrado en gastos pues ahí le sigue derecho en la charla y en la copita con sus cuates. Tal vez los más contentos con este asunto sean los propios empleados de la Secretaría de Gobierno, porque cuando Raúl Sifuentes era el titular de la dependencia la jornada empezaba regularmente a las 08:00 de la mañana y terminaba hasta pasada la media noche.
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Nuestro famoso subagente que se disfraza de cenicero de vidrio soplado para estar presente hasta en las reuniones “top secret”, informa que para limar asperezas y unir esfuerzos para ganar la alcaldía de Torreón, ayer se reunieron a comer Guillermo Anaya y José Ángel Pérez. Al parecer los pleitos del pasado cuando don Memo apoyaba a Jesús de León Tello ya quedaron en el olvido o al menos en eso están trabajando. Bien por ellos porque la maquinaria del PRI se mantiene intacta y los panistas deben estar unidos si desean -con seriedad y no sólo de dientes para afuera- derrotar en las urnas a Eduardo Olmos.
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Tanto en la Presidencia Municipal de Gómez Palacio como en Lerdo el rumor es el mismo, que los alcaldes, Octaviano Rendón Arce y Rosario Castro Lozano, ya tienen un pie afuera del Ayuntamiento y muy dispuesto para la senaduría, a decidirse este año. En Gómez Palacio, Octaviano se lo ha tenido guardadito y pocos lo comentan, mientras que Rosario ha sido menos discreta y hasta los regidores de otros municipios y otros partidos se dan por enterados. Lo cierto es que ambos todavía no cumplen el año en el cargo público que ostentan, pero ya están que se queman por alejarse de los problemas de las dos ciudades, pues ya se augura que en la lectura del primer informe continuarán las promesas y serán pocos los resultados.
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En Matamoros, Coahuila, dos Contreras que ahora dicen no ser parientes, se disputan la Presidencia Municipal y ambos han sido alcaldes ya, además que los dos son del ejido Coyote. El profesor y otrora poderoso del PRI en Matamoros, Jesús Contreras Pacheco, contiende ahora por el partido estatal Unidad Democrática de Coahuila (UDC), luego de su pleito con el gobernador Enrique Martínez, en tanto que su ex discípulo político, Raúl Onofre Contreras, quiere repetir en la silla de la Presidencia, lo cual indica que le agarraron un especial cariño a ese puesto, al que el actual alcalde Felipe Medina, se aferró con uñas y dientes, aunque se dice que de un momento a otro podría caer. Ni duda cabe, sigue vigente la antigua frase: vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error.
