El rumor de que los integrantes de las famosas “Redes Ciudadanas” que cobijan a Andrés Manuel López Obrador, acaban de terminar un cuso intensivo en habilidades especiales como “guarurismo”, “tácticas antimotines en doce lecciones” y la muy socorrida “cómo impedir que alguien se acerque al ungido”, parece confirmarse en Torreón. Resulta que la desorganización caracterizó la visita de AMLO -de tan sólo una hora- a estas tierras laguneras y llegó a tal nivel la rebatinga entre los perredistas por respirar el aliento del “rayito de esperanza” y tal la violencia innecesaria con que los de camiseta amarilla trataron a medio mundo, que el propio tabasqueño les gritó a sus oficiosos custodios que dejaran acercarse a la gente; “yo por eso no tengo guaruras”, aseguró en lo que seguramente fue un lapsus, ya que las famosas “gacelas” nunca se le separan. Por cierto, y como en todo acto proselitista, brilló una chispita de color, la del alcalde de San Pedro, Emilio Bichara, quien ante los señalamientos jocosos de sus compañeros por convertirse en la sombra del “Peje” en horario de trabajo, simplemente expresó tranquilo que ni modo, que se lo rebajaran de su sueldo.
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Y en más de los mundanos asuntos de la polaca, pero ahora de la local, hay quién advierte que si Humberto Moreira está tan seguro de que su principal bastión y esperanza de triunfo se encuentra en Saltillo -por ser su tierra natal y donde cuenta con el principal respaldo popular- debería tener más cuidado y pensarlo dos veces. Resulta que el evento que marcó el inicio de campaña del candidato priista a la alcaldía de la capital peronera, Fernando, “El Diablillo” de las Fuentes, si por algo se caracterizó fue por el desaire y el deslucimiento. Al evento, que se desarrolló en la explanada de la sede estatal del PRI y donde participó también el “Profe Cumbianchero”, no asistieron más de 300 personas. Por cierto, “El Diablillo” dijo que si el voto popular lo respalda, no sólo gobernará de la mano con Moreira, sino que se comprometió a aprender a bailar cumbias colombianas. ¡Ah, qué nivel!, dirían por ahí.
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Nuestro famoso subgente camaleónico -el que se disfraza por igual de cenicero de vidrio soplado, que de lámpara o de alfombra persa- asegura que en la sede estatal del PRI están muy preocupados por el tono de las campañas de los candidatos del PAN en Torreón, tanto para la alcaldía como para las diputaciones locales. Las lenguas de doble filo y moral ligera afirman que existe sondeo que la mismísima oficina de Sigfrido Macías Pérez habría ordenado realizar, y donde se advierte que si en este momento fueran las elecciones, el PRI perdería la Presidencia Municipal y al menos tres de los cinco distritos. Según los más maliciosos, en la sede tricolor ya se habla de implementar con urgencia una estrategia para contrarrestar la oleada de zetas naranja, ya que el más preocupado sería Humberto Moreira, toda vez que perder en Torreón le representaría un severo golpe y lo limitaría a ganar de panzazo y no de calle, según sus propias y alegres proyecciones. ¿Será?
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Los que de plano no dan pie con bola, son los jefes del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila que encabeza Homero Ramos Gloria. Todavía el Instituto no deja claro los motivos por los que ha venido actuando con privilegios para dar contratos a empresas que se encarguen del monitoreo de medios electrónicos y de la impresión de las boletas electorales, cuando ya se metió en otro problema. Resulta que aprovechando la necesidad de mano de obra para la organización de las elecciones, Homero Ramos y el director general del IEPCC, Marco Antonio Kalionchis, han contratado a puro recomendado y uno que otro cuate, de ésos muy simpáticos, pero que no garantizan eficiencia. De plano, hay quién no aprende.
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A quien no le fue nada bien durante la semana fue a Horacio del Bosque Dávila, pues primero se enfrentó a un grupo de priistas que le reclamaba los motivos por los que fue inscrito como la principal propuesta para diputado pluri y después se las vio duras con los representantes de los medios de comunicación, quienes le cuestionaron su posición de impugnable ante el hecho que renunció a la Secretaría de Gobierno después del plazo establecido por la Ley Electoral para que los funcionarios públicos con aspiraciones se retiren de su cargo. Como es su costumbre, “Lacho el Feroz” hizo gala de su arrogancia y prepotencia, por lo que de una vez terminó de echarse encima a los reporteros, quienes incluso ya lo advierten como su principal “sparring” en la próxima legislatura estatal.
