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Violencia, el 'pan de cada día' en Irak

Leticia Covarrubias

A casi dos años de la invasión por parte de la Coalición, los costos rebasan ya los 200 mil mdd

El Siglo de Torreón

Torreón, Coah.- El primero de mayo de 2003, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, realizó el anuncio del fin de la guerra en Irak, el cese formal de las hostilidades en la tierra que vio nacer y caer a Saddam Hussein.

Pero aquellas explosiones que comenzaron a sacudir a Bagdad, hace ya casi dos años (20 de marzo de 2003) todavía retumban a lo largo y ancho de Irak. Son los combates, bombardeos y atentados de una guerra de facto que no termina. Son las hostilidades de la posguerra.

Irak es una herida que no logra sanar; la violencia es un hecho cotidiano para los habitantes de un país fracturado y bajo el dominio de un Ejército de ocupación. Los secuestros, ejecuciones y ataques por parte de extremistas y rebeldes iraquíes, así como las constantes ofensivas y bombardeos estadounidenses, incrementan día a día la cifra de víctimas en esa nación árabe.

La Casa Blanca dio por terminada la búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak, el 12 de enero de este año -casi dos años después de la invasión y cuya supuesta existencia fue el principal argumento de EU para invadir al país árabe- y al día de hoy, resulta la operación militar estadounidense más cruenta desde la guerra de Vietnam; las bajas estadounidenses en combate ?21 meses de hostilidades- rebasan los mil 420 soldados muertos y suman ya más de diez mil 250 los heridos.

Tan sólo en los últimos seis meses se han registrado 503 decesos de soldados estadounidenses: 58 en julio, 75 en agosto, 87 en septiembre, 67 en octubre, 141 en noviembre y 75 en diciembre. Las estadísticas, pese a ser mucho menos cruentas que en la guerra de Vietnam, indican que uno de cada 11 soldados tiene probabilidades de morir o ser herido en la guerra.

Son abril y noviembre del año pasado los meses con el mayor número de bajas con 128 y 141 soldados de EU, respectivamente. Mientras que la cifra de la posguerra asciende a más de mil. La media de soldados muertos al mes es de 82, mientras que el número de heridos asciende a 808 como consecuencia de los 75 ataques diarios en promedio que realiza la resistencia.

El número oficial de desertores del Ejército de EU en 2004 fue de dos mil 774 soldados, mientras que el número de quienes piden ser dados de baja es de tres mil al mes, según datos del Pentágono.

BAJAS CIVILES Y COSTOS

Profesores y pacifistas británicos crearon en 2003 una base de datos de las víctimas del conflicto (www.iraqbodycount.net). Según sus datos, basados en las informaciones de la prensa internacional que cubre el conflicto, desde el inicio de la guerra hasta el 27 de enero han muerto entre 15 mil 500 y 17 mil 700 civiles iraquíes, de esta cifra siete mil 350 corresponde a las muertes en la guerra ?oficial? y mil 500 a los insurgentes caídos en batallas.

Desde que comenzara el presente año, la incesante violencia que recorre el país ha segado la vida a más de 200 personas, entre civiles, fuerzas de seguridad iraquíes y soldados estadounidenses.

Pero si la cifra de muertos todavía puede ser soportable, la sangría monetaria que representa la guerra no, dado que el déficit fiscal de EU se sitúa en niveles históricos, 427 mil millones de dólares. Irak está costando anualmente más de 200 mil millones de dólares, según la Oficina de Presupuesto del Congreso y aún puede llegar a costar 290 mil millones dólares más en los próximos cinco años.

Sin embargo, pese a la destrucción causada por la invasión, lo más costoso en Irak no es la recuperación de su infraestructura sino el mantenimiento de las tropas estadounidenses. Washington paga 51 mil millones de dólares anuales -mil millones de dólares por semana- tan sólo por el emplazamiento de sus 140 mil efectivos.

Después de casi dos años, de los 18 mil millones de dólares que el Congreso destinó a la reconstrucción de Irak, sólo se han gastado unos mil millones y una buena parte del dinero ha sido reasignada para mejorar la seguridad, un signo de hasta qué punto van las cosas mal.

Pero para George W. Bush, no importa hasta dónde pueda llegar el costo de la ocupación, mientras se logre restaurar el orden en Irak y reconstruir su infraestructura. Para mantener la labor en territorio iraquí, el presidente estadounidense pidió al Congreso 80 mil millones de dólares más para financiar la ocupación militar. En abril de 2003, Bush ya había conseguido un aumento de 79 mil millones de dólares, para enfrentar los costos de las operaciones en Irak y Afganistán.

SECUESTROS

La resistencia iraquí no sólo enfrenta a Estados Unidos y a sus aliados con atentados constantes, los secuestros de extranjeros se han convertido en una arma de presión para los extremistas iraquíes.

El frente más siniestro es la toma de rehenes con fines políticos y su frecuente asesinato, grabado y retransmitido en TV o Internet. Contratistas, camioneros, agentes de seguridad, turistas e incluso empleados humanitarios y periodistas han sido objetivo de las distintas facciones de la insurgencia.

Egipcios, indios, nepalíes, filipinos, italianos, estadounidenses, franceses y otros han caído en poder de grupos islámicos iraquíes quienes han exigido a los diferentes gobiernos, desde la salida de sus tropas de Irak, hasta el retiro de empresas extranjeras que realizan alguna labor en la convulsionada nación. Cerca de 200 extranjeros fueron tomados como rehenes y 30 de ellos asesinados por diferentes grupos.

En algunos casos la resistencia logró sus exigencias, como en el caso del filipino Ángelo de la Cruz, cuando la presidenta Gloria Macapagal Arroyo anunció el retiro de sus tropas.

Italia y Francia lograron la liberación de las cooperantes Simona Torreta y Simona Pari y de los periodistas Christian Chesnot y Georges Malbrunot, luego de discretas negociaciones. Sin embargo, peor suerte corrieron los británicos Ken Bigley y Margaret Hassan, a quienes sus captores asesinaron tras la negativa del Gobierno de Londres de retirar sus tropas, luego de la aparición de videos en que suplicaban piedad al primer ministro Tony Blair.

Abu Musab al Zarqawi, líder de la red Al Qaeda en Irak, se responsabilizó de numerosos secuestros, pero una legión de radicales apareció con un juego de ver quién era el más sanguinario.

COMPARATIVO

El Gobierno de Bush ha optado por financiar la guerra con apropiaciones suplementarias de emergencia, fuera de presupuesto, en lugar de incluir los gastos en Irak en el presupuesto enviado al Congreso. Ello significa que las erogaciones bélicas no figuran formalmente como parte del futuro déficit presupuestario.

Es impresionante la cifra destinada a sufragar los gastos de la posguerra en Irak, por ejemplo, México designó en 2004 un poco más de 26 mil mdd para el rubro destinado a la Defensa del país, una cifra que ha sido rebasada casi diez veces en comparación con los gastos bélicos de EU.

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