Los mexicanos perdemos poco a poco la capacidad de asombro; desgraciadamente el proceso trae aparejada la pérdida de la capacidad de respuesta. Todos los días, los diferentes medios de comunicación dan cuenta del saldo rojo que deja a lo largo y ancho del país esa suerte de “saldar cuentas” del narcotráfico.
Hace tres días se informaba del hallazgo de cinco personas ejecutadas en Sinaloa; hace dos, otras once personas perdieron la vida en Nuevo León, Chihuahua, Sinaloa y Veracruz por las mismas causas y ayer, la ola de violencia continuaba sin freno: en Sinaloa un hombre fue emboscado, en Ciudad Juárez hallaron el cuerpo de un hombre encobijado y otros dos fueron ejecutados en Guadalajara y el Distrito Federal.
Los especialistas en los temas relacionados con la inseguridad que genera la delincuencia organizada, refieren de supuestos acomodos o luchas entre diferentes cárteles que buscan dominar tal o cual territorio; refieren también que la escalada de violencia no encuentra freno precisamente porque las corporaciones policiacas o bien están permeadas por bandas de narcotraficantes, o su añeja ineficiencia hace crisis y se evidencia en toda su magnitud. La resulta, ya sea por contubernio o ineficiencia es la misma: violencia extrema en varios estados de la República.
En el contexto nacional, hay un foco rojo que todos debemos lamentar, aunque en la perspectiva regional, sirve como referente para agradecer que no suframos situaciones similares. En Sinaloa, las cifras son dramáticas: en enero se registraron 30 ejecuciones y en febrero, otras 49; en marzo 38, en abril 54 y en lo que va de mayo, hay que sumar el asesinato de otros 24 seres humanos.
En La Laguna, por fortuna, estamos muy lejos de esos niveles de violencia, pero no sobra el hacer un llamado a las autoridades para que no permitan, bajo ninguna circunstancia, que las redes del narcotráfico se arraiguen, ya que de lo contrario se corre el riesgo, en un futuro cercano, de vivir situaciones como las que hoy afectan a los sinaloenses y a otros mexicanos, especialmente en el norte de la República.