La sobrepoblación de las penitenciarias impide que dichos lugares cumplan con su objetivo
El Siglo de Durango
Jorge Morales Díaz, cuarto visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), comenta que los internos de los diferentes penales ven violentado su derecho a ser readaptados, en gran parte, ante la sobrepoblación que se presenta en estos lugares.
Opina que ?se abusa? de la pena de cárcel cuando deberían buscarse otras opciones para aplicar una sanción a quienes cometen un delito menor.
?Hay una gran cantidad de personas en situación de reclusión que están en los Centros llamados de Readaptación Social y algunos están esperando sentencia judicial, están todavía en proceso y otros ya compurgan su pena. Vemos que a esta población no se le cumplen las exigencias legales de lograr una readaptación que les permita disfrutar plenamente de su vida en sociedad?, especifica.
Las razones por las que las penitenciarias no cumplen con su objetivo son diversas. ?Las autoridades manifiestan que es la falta de presupuesto para realizar esta actividad. Uno de los aspectos es la sobrepoblación y ésta se debe a que se abusa de las penas de prisión en los códigos. Para cualquier cosa les ponen cárcel?, añade.
Desde su perspectiva, hay personas que no amerita estar en prisión. ?Si un legislador cree que la única solución es la cárcel, eso hace que haya mucha gente?.
Juzga que se debe pensar en otras sanciones de carácter penal, como quitarles el ejercicio de determinados derechos a los infractores, multas económicas, o bien, prohibiciones para ir a algunos lugares.
Luego de que el Tercer Visitador de la CNDH muriera en un accidente y se diera a conocer que había sido sujeto de amenazas de muerte, Morales Díaz declara que su labor es delicada por la trascendencia que implica. ?Es indudable que se está expuesto a algunos riesgos, pero tiene que haber sensibilidad por parte de las autoridades y la sociedad para que esta actividad se realice de forma indicada y no se sufran ese tipo de situaciones. Esto nos obliga a estar más vigilantes?, considera.
Morales Díaz declara que en el país hay otros grupos vulnerables, como las etnias indígenas. ?Aproximadamente tenemos 13 millones de personas que se mantienen alejados de un nivel de desarrollo adecuado. Tenemos a las mujeres que representa más de la mitad de la población y que también son vulnerables y sujetos todavía de muchas políticas discriminatorias, de violencia familiar, de falta de oportunidades laborales?, denuncia.
También cita a los discapacitados, quienes ?no encuentran en la realidad social las facilidades que requiere para desarrollarse en una forma plena?.
Declara que en el respeto a los derechos humanos se han obtenido avances, tanto en el rubro de la legalidad como en acciones concretas. ?Aunque siempre será una actividad pendiente por realizar porque siempre hay muchas cosas qué hacer, nunca nos podemos dar por satisfechos. La sociedad mexicana tiene una deuda muy grande con una parte importante de su población que aún mantiene estándares de vida que no son muy adecuados?, detalla.
Es así como en México existen habitantes que no gozan de su derecho a la salud, a la educación, a una vivienda digna o un trabajo debidamente remunerado.
?La sociedad está deseosa, necesitada de políticas públicas que los gobernantes realicen para lograr que la población se proyecte a mejores estándares de vida, ya que no es correcto que después de tantos sacrificios aún no alcance esos niveles que merece?, dice.
RECLUSOS
Las personas tienen derecho a recibir un trato digno en prisión.
-Dentro de los establecimientos penitenciarios mexicanos, las autoridades, así como el personal directivo, técnico y de seguridad y custodia se deben conducir con el respeto que los reclusos merecen como personas.
-Los presos no deben ser sometidos a actos de tortura o tratos o penas crueles, inhumanas y degradantes.
-A su ingreso, deben recibir información sobre su reglamento interior, a fin de conocer sus derechos y obligaciones.
-Tiene derecho a ser alojados en un local que cumpla con las condiciones mínimas de habitabilidad para sus necesidades básicas, es decir, que disponga de cama, baño, adecuada higiene, ventilación e iluminación.
-Deben recibir una alimentación adecuada y suficiente, así como agua potable.
FUENTE: Comisión Nacional de Derechos Humanos.
