Madrid, (EFE).- Diecinueve de los mejores arquitectos y diseñadores del mundo, entre ellos Zaha Hadid, Arata Isozaki, Jean Nouvel o David Chipperfield, han dejado su sello en cada planta del nuevo hotel Puerta de América, de Madrid, que pretende convertirse en referente de la arquitectura más innovadora.
Una "total libertad" para desarrollar sus proyectos en la planta que les ha sido asignada es el único rasgo unificador de estos 19 artistas, procedentes de diferentes continentes y símbolo de crisol de culturas en sí mismos.
Con una inversión estimada de 75 millones de euros (90 millones de dólares) y una superficie superior a los 34,000 metros cuadrados, el hotel perteneciente al grupo vasco Silken y situado en la Avenida de América, recibió hoy a todos sus autores -salvo Norman Foster-, quienes explicaron en una mesa redonda las líneas maestras de sus diseños.
Desde la recreación de la vida en el antiguo Japón de Isozaki, al juego con el libertinaje erótico del francés Nouvel, pasando por la redondez en los ángulos de la iraquí Hadid y la sencillez lujosa del británico Chipperfield, cada una de las plantas propone una experiencia única que, como afirmó Nouvel, "permite dormir por una noche en un museo".
Hadid, primera mujer en recibir el premio Pritzker de arquitectura, se mostró encantada de participar en el proyecto con un "divertido" diseño, "sin fisuras ni grietas", en el que no existe un sólo ángulo recto y en que el material utilizado sigue la continuidad de una piel en techos y mobiliario.
Por su parte, Isozaki afirmó haberse inspirado en el "nostálgico" libro "Elogio de las sombras" (1933), en el que el escritor japonés Junichiro Tanizaki defendía el modo de vida oriental antiguo, ya que "la elegancia real siempre está oculta en la intimidad".
El visitante podrá asistir además a la experimentación futurista del israelí Ron Arad, a las aristas puntiagudas y metálicas que jalonan el proyecto de Eva Castro y Holger Kehne, "al abrazo de los tejidos" y al barroquismo de los españoles Vittorio y Lucchino, a la alegría colorista del tándem Javier Mariscal/Fernando Salas o a la pulcritud de los estadounidenses Gluckman y Mayner.
El vestíbulo y los salones del hotel, en los que se combinan las formas redondeadas minimalistas, son obra del británico John Pawson, y pretenden -como él explicó- ser un espacio de descompresión y calma a la llegada y, a la vez, un elemento dinámico que haga avanzar tranquilo al recién llegado.
Christian Liaigre se ha inspirado en la cultura española para la concepción del restaurante, mientras que Jonathan Bell y Harriet Bourne se encargaron del paisajismo, en el que la idea pasa por introducir lo rural en el centro de Madrid y que "siempre haya un tipo de árbol en flor en el jardín".
Como dato anecdótico, el diseñador Mark Newson ha utilizado para su sofisticado bar una barra de mármol de más de 6 toneladas de peso y 8 metros de altura, la mayor pieza salida de Carrara (Italia) hasta el momento.
La iluminación, que funciona como elemento integrador del conjunto en las áreas comunes, corre a cargo de Jason Bruges y Arnold Chan.
Funcionalidad e innovación se entremezclan así en un complejo puzzle internacional, cuya fachada multicolor, con tonos que van del rojo al amarillo y del azul al violeta, ha sido diseñada por Nouvel.
En ella, el autor de la ampliación del Museo Reina Sofía, ha incorporado fragmentos en diferentes idiomas del poema "Libertad", del francés Paul Eluard.
El brasileño Oscar Niemeyer ha diseñado una escultura, en forma de hoz, que se colocará en el parque anexo al edificio.
En total, son 342 habitaciones -30 por planta- y 644 plazas de aparcamiento, diseñadas por la italiana Tersa Sapey. En la duodécima planta, obra también de Nouvel, el espacio se reparte entre doce suites de lujo.
Abierto al público desde el 30 de junio pasado, el hotel tendrá en principio dos precios diferentes, dependiendo de si el cliente reserva habitación para una planta específica o de si se adapta a la que la dirección le asigne.
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