Torreón, pujante centro industrial y agrícola del estado de Coahuila, está próximo a cumplir cien años de figurar en la república con rango de ciudad. Apenas unos años antes de alcanzar esa categoría, el quinto tomo del Diccionario Geográfico, Histórico y Biográfico de Antonio García Cubas, publicado en 1891, lo registraba así: ?Torreón. Rancho del Distrito de Viesca? con 160 habitantes, situado en la margen derecha del río Nazas??. Hacia 1900 ya era villa, y para 1907 ciudad, ¿Cómo fue que en menos de veinte años, de ser rancho devino Torreón en ciudad?
El Nazas fue para La Laguna lo que otros ríos nutricios para las culturas madre de la humanidad; fuente de regocijo, vida y prosperidad. Y como en Egipto o Mesopotamia, caudaloso desbordamiento anual que nutría generoso el cultivo del algodón y el trigo. Por miles de años el Nazas se derramó sin provecho en aquel entorno agreste, para formar más adelante la Laguna de Mayrán.
Mas cuando Porfirio Díaz resolvió que había llegado a México la hora de hacer ferrocarriles, uno de ellos, el llamado Ferrocarril Nacional que corría desde la Capital a la frontera vino a pasar precisamente por aquel rancho del Torreón y a transformar con ello su presente amodorrado y polvoriento para conformar su promisorio futuro.
Formada con municipios de Durango y Coahuila, La Laguna es un laboratorio excelente para apreciar el buen éxito del esfuerzo humano ante la adversidad del medio ambiente y los cambios en el entorno económico, nacional y mundial. Su desarrollo puede seguirse en etapas que van de las actividades primarias, como la minería y la agricultura, a pasar por las industrias agropecuarias y metalmecánicas, y llegar a los servicios financieros, los centros educativos superiores y la electrónica misma.
El paso del ferrocarril permitió transportar y reunir la extracción de las minas cercanas de Cuencamé, Pedriceña, Velardeña y Parral, e hizo surgir la planta metalúrgica Peñoles. La irrigación fluvial desató el cultivo del algodón que, como ocurre en tierras recién abiertas a su cultivo, alcanzó una calidad excepcional.
Hasta 95 mil hectáreas de algodón llegaron a cultivarse con agua del Nazas y el aporte de cuatro mil norias. Del algodón surgen, por la semilla, las industrias aceitera y jabonera, y de sus copos la tela de mezclilla y la confección de pantalones. Cuando al fin de la II Guerra Mundial decae el algodón, se introduce la vid -Gómez Palacio produce vinos y aguardientes-, el nogal y el ganado estabulado, que origina una gran industria lechera. Galletas y pastas se agradecen al trigo.
El reparto de tierras y aguas de 1936 y el apoyo crediticio público aceleran el crecimiento de la región. Hacia los años ?50 Torreón es el segundo centro financiero del país, por sobre Monterrey y Guadalajara. El Banco de México establece ahí su primera sucursal fuera de la Capital, que distribuye la moneda para todo el Norte.
Torreón es una sociedad pluricultural bien avenida. Allí llegaron mexicanos de todas los estados, y españoles, árabes -hay ahí una de las pocas mezquitas en el país-, judíos, alemanes, franceses, y muchos otros. Así que los 160 habitantes en aquel rancho junto al Nazas, son ahora más de 750 mil mexicanos de corazón, dignos de la conmemoración y de felicitarse.