Reconoce el director del IFE que el instituto no puede actuar por sus propias limitaciones legales.
SUN-AEE
WASHINGTON, EU.- El director del Instituto Federal Electoral (IFE) de México declaró ayer que el país ha salido de los procesos “caóticos y fraudulentos” del pasado pero ha caído ahora en una carrera hacia el gigantismo en los gastos de campaña. “Tenemos una nueva generación de problemas en los procesos electorales de México”, dijo Luis Carlos Ugalde. “Frente a ellos el IFE no puede actuar por sus propias limitaciones legales”.
Ugalde indicó que para las elecciones presidenciales de 2006, la Ley mexicana establece un límite de gasto del equivalente de 60 millones de dólares por candidato (unos 630 millones de pesos), pero “hay quienes sugieren que ese límite será sobrepasado rápidamente”. Ugalde está en Washington como parte de un trabajo de coordinación del IFE con autoridades estadounidenses para facilitar el proceso de votación, por primera vez en la historia, de los electores mexicanos que viven en EU.
Indicó que ha hecho contactos con funcionarios del Servicio Postal estadounidense sobre el esperado manejo de un gran volumen de correspondencia que fluirá hacia México, ya que el voto de los mexicanos en el exterior se emitirá por correo. Según Ugalde, en todos los contactos que ha sostenido en Washington y otras ciudades “he oído expresiones de un alto respeto” al proceso electoral mexicano.
Ugalde dijo que “en algún momento de la campaña” los partidos participantes en las elecciones “tienen que hacer algo” sobre el elevado nivel de gastos de los candidatos.
El IFE, dijo, sólo podría intervenir en el caso “sólo cuando ha concluido el proceso” para las elecciones de julio y la asunción presidencial de diciembre siguiente.
Ello significa que alrededor de marzo de 2007 “recién podríamos decir, de acuerdo con nuestras leyes, qué pasó en la campaña de 2006”, dijo Ugalde hablando en un coloquio en la embajada de México.
La Ley para la participación de mexicanos en las elecciones presidenciales fue aprobada a fines de junio y el IFE calcula que de unos diez millones de mexicanos que están en capacidad de votar, unos cuatro millones estarían acreditados con cédula electoral.